El Doga, o yoga para perros, es una tendencia en crecimiento. Los que la apoyan dicen que tiene beneficios para la salud del perro, ayuda a reducir el estrés de los dueños de los canes, proporciona vinculación y sociabiliza. Los detractores lo critican por ser una moda que genera una mala imagen a un arte antiguo como es el yoga.

En la práctica del Doga es fundamental asegurarse que el perro esté disfrutando por lo que no se le debe forzar a realizar cualquier postura que le resulte incómoda. Todas las razas no son iguales y el tamaño del perro influye en qué asana se puede o no hacer. Se deben aprovechar las aptitudes y flexibilidad de cada perro y persona y no olvidar que lo importante es disfrutar del momento. El Doga no sólo ayuda a calmar y relajar a la mascota sino que también puede favorecer la digestión mediante el masaje ya que así se rebaja la presión arterial.

Los perros, ya de por sí, realizan posturas de yoga como la postura del Perro Boca Abajo. Otras poses son: Chaturanga (los canes se apoyan sobre su estómago mientras se les acaricia la espalda), Presidente (se sientan sobre sus patas traseras con las delanteras en el aire mientras alguien detrás de ellos los mantiente erguidos), y Savana (el can se tumba sobra la espalda mientras alguien les frota su vientre). Quizás, lo más importante que se obtiene con el Doga es la calidad de tiempo que se pasa con la mascota.