El silencio es un bien cada vez más escaso y más difícil de conseguir. Aquellos que anhelan la tranquilidad y el sosiego durante el año, ven las vacaciones de verano como el momento perfecto para desconectar del ritmo de vida tan frenético en la ciudad y olvidar por unos días los dispositivos electrónicos.

La diócesis, consciente de esta demanda ciudadana, abre las puertas de numerosos monasterios, enclavados en parajes naturales idílicos, que ofrecen la posibilidad a los valencianos de disfrutar de su asueto lejos del bullicio.

Los conventos son idóneos no solo para la oración y el recogimiento, sino también para el ocio y la convivencia en grupo o familia. Además, organizan ejercicios espirituales tanto para religiosos y sacerdotes como para laicos, y estos se convierten en el gran reclamo de los visitantes. Ricardo Martí acude cada verano desde hace ya 15 años a monasterios donde poder realizar retiros espirituales. «Empleas un tiempo solo en pensar profundamente y reconducir algún aspecto de tu vida. Sales renovado, te beneficia personal y profesionalmente, ya que te ayuda a afrontar el retorno a la jornada laboral más relajado, con energías espirituales renovadas».

Sandra Díaz es una joven valenciana que también ha realizado retiros espirituales. «Me relajo, olvido el móvil y dedico un tiempo para mi misma y para la lectura. Si estás confundido, te sirve para reencontrarte», explica.

Un monasterio valenciano al que se puede acudir en época estival es la Abadía de San José, que abarca 15.000 metros cuadrados de plena naturaleza en Godella. Dispone de un seminario con 35 habitaciones -individuales, dobles o triples- y dos albergues. Cuenta con espacios de silencio en los que orar o meditar: varias capillas, una iglesia y un claustro interior. También dispone de piscina, zona de picnic y campos de fútbol, baloncesto y frontón.

Los visitantes que acuden son muy heterogéneos y sus objetivos son muy diversos. Las instalaciones invitan a que grupos de niños y adolescentes se congreguen allí. El Centro Juvenil Montesión de Torrent cada verano acude al albergue y su director, Paco Bauset, explica el porqué: «El monasterio nos permite pasar unos días de convivencia total con los chicos en plena naturaleza, pero cerca de casa». Y es que la abadía ofrece la serenidad característica de un convento, pero a tan solo cinco kilómetros de la ciudad de València.

«Entre los visitantes que se hospedan unos días aquí, un perfil muy característico es el de parejas con problemas, con discusiones frecuentes. Aquí intentan encontrar paz y reconducir su matrimonio», relata el religioso al mando de la Abadía de San José.

Quien desee acudir a un monasterio ha de saber que la oferta en la Comunitat es muy amplia. A continuación se enumeran algunos de los espacios que abren sus puertas y sus principales ventajas.

En Benaguasil se encuentra el santuario de Nuestra Señora de Montiel que ofrece a sus visitantes un ambiente de silencio y oración. Brinda paz y tranquilidad a sus huéspedes, y acoge a parroquias o grupos de reflexión. Dispone de salones para reuniones, una biblioteca y 40 habitaciones individuales o dobles. Además, cuenta con una capilla y dos oratorios para disfrutar de la soledad y el encuentro personal con Dios.

Casa San Juan de la Ribera en Aguas Vivas está situada en un valle idílico para el descanso, a 8 km de Alzira. Dispone de 20 habitaciones individuales y 13 dobles; dos capillas; jardines y huertos.

El Convento de los Capuchinos en la Serra Grossa, al norte de L´Ollería,con capacidad para 18 personas, es un lugar de retiro adecuado para estudiantes que buscan silencio y para aquellas personas que quieran vivir la espiritualidad de los capuchinos.

En Xàbia se halla la casa diocesana de Espiritualidad Nuestra Señora de los Ángeles. Está situada en una explanada en el Cabo de San Antonio, en plena naturaleza.

Otro buen lugar para la desconexión total es el Monasterio de las Carmelitas en Puçol. El mar y un gran huerto rodean las silenciosas instalaciones, que cuentan con una Casita de la Oración, donde realizar retiros.

Otro espacio situado en plena naturaleza y rodeado de un silencio sepulcral es el Monasterio de las Carmelitas Descalzas en Serra. Dispone de una hospedería y una Casita de la Oración para quienes deseen vivir unos días en soledad, y en contacto con exhuberante vegetación.

En el Centro de Espiritualidad de Verbum Dei, en Siete Aguas, se practican días de silencio, convivencias, encuentros, acompañamientos espirituales y hay escuelas de oración y de la palabra.

La Lloma, en El Puig, es un convento en el que se celebran retiros del Opus Dei. El objetivo es el intercambio cultural, la formación personal y la convivencia.

El Monasterio Santo Espíritu del Monte, ubicado en Gilet, a los pies de la Sierra Calderona, es ideal para practicar senderismo, montañismo y caminatas. Aquí organizan ejercicios espirituales e imparten cursos de pintura o música litúrgica, entre otros.

Para quienes deseen relajarse en familia, o disfrutar de un campamento diferente existe la opción de acudir a La Purísima en Alaquás. Todas las semanas de verano organizan ejercicios espirituales y actividades de grupos. En Godelleta, la Casa Don Bosco también dispone de zona de acampada, escuelas ambientales y piscina. De igual modo que el Centro La Salle en Llíria y Nuestra Señora de Aguas Blancas en Viver.