El bloque de la derecha y de la izquierda está muy igualado en las elecciones que se celebran mañana en Galicia. El PP está muy cerca de repetir la mayoría absoluta con 38-39 escaños, mientras que en el bloque de la izquierda, es decir, BNG y PsdeG, las encuestas le dan entre 36 y 35 escaños. Al PP le puede penalizar la presencia de Vox, restándole votos. En la izquierda, ni Sumar ni Podemos tienen ninguna opción de entrar en el Parlamento gallego, con lo cual puede haber una división en el voto de la izquierda que les reste representación.

En general ha sido una campaña en la que se ha hablado más de ETA, de Puigdemont y de la ley de amnistía que de políticas sociales o de despoblación.

Tampoco el debate en la televisión pública al que no asistió el candidato del PP Alfonso Rueda ha servido de mucho, dado que el BNG y el PSdeG dan por hecho que gobernarán en coalición, así que más que un debate para confrontar ideas fue una charla entre amigos que van a gobernar juntos y no es cuestión de tirarse los trastos a la cabeza, si bien el PSOE no ha sido nunca un partido nacionalista. Con Rueda en el plató, moderando Xavier Fortes el debate hubiera ido por otros derroteros.

El riesgo de que el BNG vuelva a la Xunta es que con el problema territorial que hay ahora mismo en España se amplíe a esta comunidad autónoma algo similar a lo que está pasando en Cataluña con el “procés”, pronúnciese prucés.

El BNG es un partido equivalente a EH Bildu, ERC o Compromís, dejo fuera a Junts y PNV que son de derechas; independentista, radical y de izquierdas que mantiene el mismo discurso independentista que sus socios catalanes y vascos con su imposición lingüística y el derecho de autodeterminación. Un partido que ha ido de menos a más y que ha encontrado entre la población joven un buena cantera de votantes.