Valencia ha vivido estos días su peor tragedia desde el accidente del metro cuando murieron 43 personas. El incendio registrado en dos torres de viviendas en el barrio de Campanar ha dejado hasta el momento un balance de 9 personas muertas y no se descartan más fallecidos entre los escombros. Una vez han podido entrar los bomberos al edificio continúan a estas horas las labores de desescombro.

Cientos de familias han perdido sus casas. Hemos escuchado testimonios desgarradores de familias que lo han perdido absolutamente todo. Valencia no ha vivido una tragedia de estas características desde el accidente del metro. Uno no puede contener las lágrimas ante tanto dolor.

El fuego, como pudimos ver en las imágenes se propagó con enorme rapidez y virulencia favorecido por el fuerte viento de poniente. Ni siquiera la rápida actuación de los bomberos pudo evitar la tragedia. El rescate de los bomberos de una pareja que permanecía en el balcón a la espera de ser rescatados muestran la magnitud de la tragedia, que en este caso tuvo un final feliz.

No hay palabras para describir tanto dolor. Pienso en el joven matrimonio con una niña de 2 años y un bebe de apenas unas semanas que murieron calcinados y se me rompe el corazón.

El fuego comenzó sobre las 17,30 en una de las viviendas y se propagó rápidamente al resto del edificio, convirtiéndolo en una auténtica bola de fuego. Continúan varias personas desaparecidas.

Las muestras de solidaridad de los vecinos, facilitando alojamientos a las familias afectadas demuestra la solidaridad del pueblo valenciano cuando se produce una tragedia.

La mayoría de los ayuntamientos y municipios valencianos han decretado varios días de luto y se han suspendido todos los actos que había programados para el fin de semana en memoria de las víctimas del incendio.

Quisiera aprovechar estas líneas para expresar mis condolencias a los familiares de los fallecidos y expresarles mi más sincero cariño y solidaridad en estos momentos tan duros.