A falta solo de una semana para que se celebren las elecciones autonómicas en el País Vasco, la última encuesta del CIS señala como ganador a EH Bildu, tanto en votos como en números de escaños, sobrepasando a la que ha sido la fuerza hegemónica nacionalista del PNV, salvo el periodo en el que gobernó el PSE de Patxi López, gracias al voto de los populares. Son las elecciones más reñidas desde la instauración de la democracia.

La llave de la gobernabilidad la va a tener el PSE que tendrá que decidirse entre prestar su apoyo al PNV o a EH Bildu, ambos socios del Gobierno de Pedro Sánchez. Durante la campaña electoral, el PSE ha dicho siempre que sus votos irán al PNV, aunque la decisión última corresponde a Ferraz. En ese hipotético bipartito que se baraja, dependiendo del número de votos que saque EH Bildu, habrá que ver si los siete diputados que otorgan las encuestas al PP apoyan un gobierno de coalición PNV-PSE o, por el contrario, se abstienen en la investidura. El PP ya ha apoyado gobiernos del PNV para evitar la entrada de los abertzales en las instituciones.

Un dato que me ha llamado poderosamente la atención es que EH Bildu crece en número de votos y, sin embargo, la independencia solo la desea un 13% de la población frente al 50% que ha llegado a tener en Cataluña. El discurso independentista que siempre ha enarbolado como bandera la izquierda abertzale ha pasado a un segundo plano en estas elecciones, y han centrado su discurso en los temas sociales que preocupan a la ciudadanía vasca.

El PNV ha sufrido el desgaste de muchos años de gobierno, algo que beneficia a EH Bildu, que aunque gobierna en muchos municipios y grandes ciudades, no ha tenido aún la responsabilidad del gobierno autonómico.

El próximo 20 de octubre se cumplirán 13 años desde el final de la banda terrorista ETA, tras casi 43 años de asesinatos. ETA ha dejado de estar presente en la vida política vasca y española.

Durante todo este tiempo, la izquierda abertzale ha pasado por diferentes procesos de refundación, desde la ilegalizada Herri Batusana hasta lo que es hoy EH Bildu, integrada por varias corrientes ideológicas, donde está Sortu que todavía no ha condenado el terrorismo etarra.

EH Bildu se ha integrado a la vida política e institucional, pero aún le quedan pasos por dar para que la normalidad democrática sea efectiva y eso pasa, inexorablemente, por pedir perdón a las víctimas del terrorismo etarra que acabó con la vida de cerca de un millar de personas y colaborar con la justicia para el esclarecimiento de los cerca de 300 asesinatos todavía por resolver. Entonces será cuando sea creíble el fin de la violencia y la normalidad democrática en Euskadi.

El próximo domingo 21 de abril concurren a estas elecciones diferentes formaciones políticas sin que sus candidatos tengan que llevar escolta o mirar debajo del coche. Hace poco más de diez años esto que ahora vemos como algo normal en democracia era impensable porque cualquiera que pensara de manera diferente al mundo abertzale era objetivo de ETA. Ir en las listas del PP, UPN o del PSE era jugarse la vida. Muchos concejales fueron asesinados por defender sus ideas. Había municipios donde no se podían confeccionar las listas electorales por el miedo a ETA, que normalmente cumplía sus amenazas. Que hoy todos los partidos puedan presentar sus candidatos es un éxito de la democracia.