Alumnos de varias universidades de España, entre ellas, la Universidad de Valencia, en concreto, la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, han decidido encerrarse en sus aulas para manifestarse en contra de la guerra en Gaza y pedir un alto el fuego, así como la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel y el cese de la venta de armas.

Los alumnos han anunciado que no abandonaran sus protestas hasta que se atiendan sus reivindicaciones. Un objetivo muy loable, aunque el fin de la guerra dependa básicamente de EEUU, principal aliado de Israel y no tanto de los universitarios españoles o de las movilizaciones que se hagan en otras partes del mundo. En algunas universidades como en Castilla La Mancha se han producido algunos incidentes por parte de la policía al identificar a los manifestantes.

La universidad siempre ha sido un lugar de conocimiento, de aprendizaje, de espíritu crítico y de contestación ante las injusticias sociales que no puede permanecer callada ante lo que está ocurriendo ante los ojos de todo el mundo.

Las manifestaciones están siendo pacíficas, poco numerosas y se producen algo tarde, teniendo en cuenta que la respuesta de Israel se produjo el pasado 7 de octubre, tras el atentado terrorista de Hamás que costó la vida a más de un millar de personas.

La respuesta de Israel al atentado de Hamás, invadiendo la Franja de Gaza ha costado la vida a más de 35.000 palestinos, la mayoría mujeres y niños. Israel continúa bombardeando objetivos civiles con la destrucción de hospitales. Los camiones de ayuda humanitaria no llegan y los pocos que consiguen acceder son objeto de ataques militares. La población gazatí no tiene alimentos ni medicinas. Ante estos hechos solo cabe mostrar la mayor repulsa y esperar que algún día sus responsables comparezcan ante el Tribunal de la Haya para responder por estos horribles crímenes que algunos ya califican de genocidio.