Hace unos días recibí un correo de David Casado con un enlace de una entrevista que en noviembre de 2001 hizo a su abuela Pilar Martínez Esteban sobre la Guerra Civil.

Casado ha podido contactar conmigo, gracias a que un fotógrafo del periódico Levante EMV, medio en el que colaboro desde hace ya muchos años, le facilitó mi correo electrónico. Quiero agradecer a David Casado al que no tengo el gusto de conocer personalmente, pero sí hemos podido hablar por teléfono, que haya contacto conmigo para enviarme este documento que, además, de muy emotivo es muy interesante por el testimonio que ofrece su abuela sobre los acontecimientos que se vivieron en el frente y en la retaguardia durante la Guerra Civil.

El video narra las vivencias de doña Pilar que entonces tenía 18 años cuando comenzó la guerra civil. Pilar nació el 31 de julio de 1918 en Villar del Arzobispo.

Pilar trabajó en una cooperativa, limpiando casas y en un hospital militar, curando las heridas de los soldados heridos en el frente y recuerda cómo eran tirados a fosas comunes una vez habían muertos y de cómo existía cierta desbandada en el frente republicano y cuenta el caso de Felipe que desertó del frente de Teruel y llegó a Valencia desde Teruel andando con dos fusiles al hombro. Este hecho le salvó la vida de no morir fusilado. Felipe fue enviado de nuevo a la guerra, pero esta vez en la retaguardia en el Cuerpo de Intendencia. Terminada la guerra fue apresado junto a su hermano Joaquín y más tarde liberados.Joaquín estuvo dos años en un campo de concentración cerca de Teruel después de la guerra y murió un año después en un accidente en la mina y Felipe justo un mes después. Pilar cuenta que fue de tristeza al perder a su hermano.

Durante cerca de dos horas de entrevista, Pilar Martínez rememora aquellos años y en un momento de la entrevista hace referencia a mi tío abuelo Manuel Simó Marín y a mi abuelo José Simó Marín, ambos fusilados en el picadero de Paterna el 1 de octubre de 1936, apenas iniciada la Guerra Civil.

Reconozco que no he podido contener las lágrimas cuando doña Pilar menciona a mis familiares y, además, lo hace en la forma en la que se expresa con tanto cariño hacia ellos.