En València hay un recinto en el que se juega a pelota valenciana desde hace 150 años y donde van a doctorarse los mejores. En València desde hace unos cuantos años hay un circuito que cada año se perfecciona y donde vienen a doctorarse miles de hombre y mujeres, sabedores de que si el día sale bueno, la marca está asegurada, siempre y cuando te hayas preparado. Y así pasó ayer.

Abraham Kiptum saltó la banca y si en al paso por el kilómetro 10 todos nos conformábamos con que bajara de la hora, a partir de ahí dijo «adiós muy buenas, me voy». Y aquello fue Troya. Sus 58:18, aparte de ser nuevo récord del mundo, anuncian que bajar de los 58 ya está a la vuelta de la esquina. Si en los dos o tres próximos años algún atleta en Media hace entre 57:30 y 57:45, bajar de las 2 horas en maratón será una realidad.

Jemal Mehonnen, que vino con una marca 59:00 se dijo para sí: ´Pues si este se va yo también´. Volvió a casa con 58:33, una barbaridad. Otro dato que no debe olvidarse. Diez atletas por debajo de la hora. Esto no había jamás acontecido en ninguna carrera de 21.097 metros. Y tardará en volverse a presenciar.

En mujeres, ausente las favoritas, la lucha fue preciosa entre Burka Bati con 1:06:11 y Ali Mohammed con 1:06:13.

Los españoles Antonio Abadía (1:01:15) se vuelve a casa más contento que nadie, llevaba idea de bajar de la hora con dos minutos. Su amigo Carles Castillejo hizo 1 hora dos minutos y catorce segundos. En chicas, Diana Martín, 1:13:17, y la madrileña del Valencia Esports, 1:17:12

Las razones del éxito

Esta carrera y todas las grandes carreras no existirían sin los corredores de casa. Los atletas del Redolat Team, Runners Ciutat de València, CaixaBank, S.D Correcaminos, el club organizador de la prueba, Team 3FDC, C.A. Orero Paterna, C.A. Serrano, València Basket y C.D. Never Stop Running fueron los que mayor número de atletas presentaron en línea de meta.

Gracias a estos clubes y al millar largo de asociaciones atléticas de esta tierra, gracias al hecho de vivir en el territorio donde más carreras se celebran al año, gracias a las instituciones, ayuntamientos, voluntarios, policías locales, entidades como la fundación Trinidad Alfonso, gracias a los medios de comunicación -ayer tres cadenas de televisiones retrasmitieron la prueba-, vamos ni que fuera el València-Barça, o el València-Madrid, gracias a todos ellos y ellas la ciudad de València es un referente mundial. No olvidemos que el récord del mundo femenino también se consiguió aquí en un día desapacible y con un circuito más sinuoso.

Hoy creo que aquellos hombres y mujeres del diario El Mercantil Valenciano que en octubre de 1924 organizaron la primera Volta a Peu a València se sentirán orgullosos de haber sembrado una pasión que identifica a un pueblo.

Los de casa

Si hasta hace poco comentábamos que el nivel en hombres de hoy en la media era más bajo que el de hace unos años, ahora habrá que empezar a cambiar de opinión. Diez atletas por debajo de 1 hora con 10 minutos. Antonio Pérez Moreno (1:02:12); Jaouad Oumellal, la gran sorpresa (1:04:35); Hassane Ahouchar, con más de 45 años (1:05:44), increíble pero verdad; Jaime Villa (1:06:28); David Aparicio (1:07:25), Khalifa Zarhmoun (1:07:59); Diego Polo (1:08:58); el incansable Luis Félix (1:09:23); Roberto Martínez (1:09:43); Joaquín Pérez Tur (1:09:55) y detrás de ellos y como balas Agustín Sieres, Juan Gimeno, Julián Ramírez, José Manuel García, Jacobo Martínez, Luis Agustín y un atleta junior Javier Pons, que hizo cuarto de su categoría.

En la categoría femenina estamos en una etapa de transición. Ausente Marta Esteban, en periodo de recuperación así como Karina Córdoba, ambas atletas mayores de 35 años; retirada Raquel Landín con problemas en sus pies, ausente Yessica Mas (1:17 en el Mundial), habrá que trabajar para poder tener un pequeño grupo por debajo de una hora con 20 minutos. María José Cano López Fraile (1:21:08); muy bien la veterana Estela Alhambra, que de juvenil fue campeona de España.

?El futuro

Nunca antes el running había alcanzado en València esta altitud. Estamos en una nube. La repercusión de lo que aconteció ayer en Valencia es mundial, y llueve sobre mojado. Las imágenes del Mundial están ahí. Creo que ha llegado el momento de no creernos que somos el ombligo del mundo. Quedan detrás muchas horas, muchos sacrificios, mucha gente humilde, muchos sinsabores. Queda por delante un gran reto que no es batir récords del mundo, en caso de conseguirlos miel sobre hojuelas, sino el conseguir una sociedad en la que la práctica de la carrera sirva para hacer un pueblo más igualitario, más culto, más participativo, más solidario, más alegre y más libre.