Me dirijo a los ciudadanos valencianos para comentar un caso de gentrificación en la capital del Turia. Este efecto, que me fue introducido por un familiar hace unos días, me ha hecho reflexionar sobre la situación de algunos barrios valencianos y en particular, el de Benimaclet. Este efecto provoca, a largo plazo, un desplazamiento de los vecinos de estos barrios debido al aumento del precio de la vivienda. La situación actual de desempleo y unos salarios desfasados respecto al nivel de subida de precios de los alquileres, hace imposible a los vecinos de Benimaclet asumir el aumento astronómico del precio de los alquileres de los últimos 4-5 años.

Estas subidas se han producido principalmente por la llegada de estudiantes extranjeros a los que se les pide más dinero, ya que siempre les parecerá barato al comparar con sus países de origen. Una mezcla de factores como el descenso de la venta de pisos, la necesidad de ingresos y la avaricia y aprovechamiento de algunos arrendatarios ha llevado a algunos barrios a ser golpeados por este efecto. No estoy en contra del turismo, ni de que Valencia acoja a tantos estudiantes extranjeros, pero creo que se debería establecer cierto control sobre los precios de alquiler.