En nuestro país no se puede decidir sobre nuestra muerte. Se nos prohíbe decidir si seguir adelante con el sufrimiento o descansar en paz.

Seguro que si os pregunto como deseáis morir, la mayoría de vosotros respondería que sin dolor y a poder ser sin enterarse, pero no tenemos este derecho.

Mi abuela fue una mujer independiente y sana hasta que le detectaron un cáncer con metástasis por todo el cuerpo. El diagnóstico fue aplastante, no había solución y nos comunicaron que viviría aproximadamente seis meses. Fueron un calvario tanto para ella como para la familia por su sufrimiento día a día debido a los dolores y por saber que no tenía solución. Hubiese sido muy distinto si la eutanasia estuviese aprobada en españa, ya que mi abuela se habría evitado ese sufrimiento.

¿Y la libertad de elegir sobre uno mismo? ¿No será que está prohibida porque a las farmacias, residencias y hospitales privados no les interesa? María Montesinos Bernad. València.