A mis tertulianos y a mí no nos preocupa lo que aparece como robado por los políticos, que también; lo que realmente nos saca de quicio, es la magnitud de lo que no se conoce. Se sirven de los mejores abogados, circulan al borde de la ley, conocen plazos de caducidad, de prescripción de leyes, de tiempos y de responsabilidades y casi nunca se les pilla. Casi nunca, es un decir, porque del Gobierno de Aznar ya solo quedan dos ministros por imputar o investigar. Tenemos una propuesta novedosa para pagar a los políticos: que al modo stock options, se les asigne una cantidad muy importante, para que ya no tengan que robar y que se les premie la transparencia y la honorabilidad, a posteriori, tipo fondo de pensiones cuando ya haya transcurrido el tiempo suficiente para medir la bondad de su gestión; una cantidad gordota, que no llegaría ni con mucho a la mitad de lo que roban ahora. Es una proposición onírica y ahorrativa.