A mis 16 años me considero un gran amante de las tortugas desde que nací. De hecho, tengo una en casa y otra en mi caseta. Cuando nací, mis padres compraron una tortuguita pequeña. Durante mi infancia, no hacía otra cosa que cuidarla, jugar con ella y estar todo el día pendiente de ella. Fue la mejor mascota que he tenido en mi vida, e llamaba Petunia, la quería muchísimo y por eso las tortugas son mi animal favorito.

Por eso, no me gusta que vaya por ahí la gente tirando las tortugas a los ríos, lagos o canales, porque cuando tienes un animal de mascota, es para cuidarlo y protegerlo, porque con un poco de amor se sienten felices y queridos. No hay que tirar los animales como si fuesen basura u otra cosa. No tenemos por qué despreciarlos, ni infravalorar sus vidas, porque son seres vivos. He escrito esta carta para decir que los animales no deben ser maltratados ni esclavizados, porque tienen una vida como nosotros. Mateo Calabuig García. Vallada.