El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su pasada visita al Reino Unido, y atendido por la primera ministra, Theresa May, le dijo algunas perlas políticas como que demandara a la UE respecto al tema de la desconexión, y por otro lado le dio por ensalzar y decir que el mejor ministro del gabinete de May, del que ya se ha alejado, era Boris Jhonson. Personalmente no lo creo así, pues es un personaje siempre estéticamente desmelenado, con aspecto de actor inglés peripatético. Y le he recordado dirigiéndose en su día al que fue ministro de Exteriores español José Manuel García Margallo, de forma arrogante y también repitiéndoselo después desaforadamente al último ministro de Exteriores del PP, Alfonso Dastis, que el tema de Gibraltar le gustaba mucho y que estaba claro que lo defendería con sus acorazados, submarinos -que los tienen ya algo obsoletos- y con toda la armada británica que hiciera falta. Me alegro que haya dimitido y debo recordar que la UE ha dado carta blanca a España para poner los vetos necesarios sobre lo que pueda legislar y que puedan tener relación sobre Gibraltar y su separación política, económica, financiera, etcétera del continente europeo. Espero que a tenor de la arrogancia de Boris Jhonson sepa España responder adecuadamente.