Parece que hoy en día lo único importante es llegar a un examen y arrojar encima de unos cuantos folios lo que hemos aprendido a memorizar, no importa si lo entendemos, da igual que no utilicemos ni un mísero segundo a cuestionar todo lo que debemos de aprender, porque lo importante no es que pienses, no es que dudes, ni que te plantees nada, sino que memorices y lo hagas bien hasta el día del examen donde vomites todo y puedas continuar con el siguiente temario. Si Sócrates, Platón o alguno de sus contemporáneos vieran lo que están haciendo con su sabiduría, años y años de conocimiento, de lucha para que el ser humano no se convierta en un ser inerte y carente de pensamiento crítico, echados a perder gracias a este maravilloso sistema que no consigue más que cojamos manía a pensar, a cuestionar, a reflexionar... ahogar cualquier pensamiento entre datos y más datos que luego podremos escribir en unos folios donde podrán

calificarnos con un maravilloso (y ordinario) número.