Sergi Pitarch, Castelló

El pasado 13 de junio de 2007 entró en vigor la Ley de Reconocimiento de la Universitat Internacional Valenciana, la conocida como VIU. Según reza su única disposición adicional, la nueva universidad privada impulsada por el Consell «iniciará sus actividades a partir de la entrada en vigor de la presente Ley». Tras cuatro meses de su aprobación y varios años de andadura del proyecto, la institución educativa no dispone de equipo rectoral, de alumnos, de titulaciones, de sede, ni incluso de una página web, que muestre los contenidos de este proyecto que, hasta la fecha, se puede considerar como virtual.

Y es que la pasada semana el conseller de Educación, Alejandro Font de Mora, reconoció en el pleno de Les Corts a preguntas de la diputada del PSPV, Anna Noguera, que la VIU no tiene rector, contradiciendo así a la propia ley y las decenas de anuncios y fotografías institucionales donde aseguraba que la Universidad Internacional Valenciana iniciaría las clases a distancia a finales de 2008 y con 5.000 alumnos. A 19 de octubre, tampoco se conocen las titulaciones que impartirá la nueva universidad privada, creada con fondos públicos.

Según fuentes consultadas por este periódico, la conselleria estaría buscando entre el profesorado de la UJI a la persona que debiera poner en marcha el proyecto. Las mismas fuentes afirman que la indefinición de la VIU y su gestión privada frena a muchos de sus posibles candidatos, que temen perder la seguridad laboral que ofrece el sistema público y quedarían marcados políticamente, debido al modo en que se ha creado la universidad, con enfrentamientos con las universidades públicas, y con toda la oposición en contra.

La falta de un equipo rectoral que dé forma a la VIU condiciona también las titulaciones que se ofrecen y hasta los propios profesores que las impartirán . Es más, el PP pretendió que en el Proyecto de Ley de la Universidad Internacional Valenciana aparecieran las 12 titulaciones con que iniciaría su andadura, aunque una enmienda del PSPV tumbó este artículo, ya que ninguna de las carreras se adaptaba al Espacio Europeo de Enseñanza Superior, la normativa que rige para todas las universidades de Europa.

Otro punto de la VIU que no queda claro en estos momentos es su sede. Font de Mora no quiso aclarar en qué situación se encuentran las negociaciones con Frank Gerhy, autor del Guggenheim y arquitecto elegido para diseñar la sede de la universidad privada, ni que honorarios percibirá. De la sede provisional, un edificio de la calle Mayor de Castelló anexo a la biblioteca, no se sabe nada y ningún funcionario trabaja en ella. Tampoco de los terrenos dotacionales que debe ceder el ayuntamiento junto al Hospital General para su sede oficial, que a día de hoy, todavía no se han conveniado.

Pero lo que más llama la atención, sobre todo en una universidad que va a ofrecer todo sus contenidos por internet y que tiene su razón de ser en la red, es que cuatro meses después de su puesta en marcha, todavía no tenga ni página web, ni que sea para informar a sus futuros alumnos. Hace unos meses sí que existía un portal informativo que en la actualidad ha desaparecido. Cierto es que, según Educación, se licitó el «campus virtual» por valor de 282.000 euros en julio pasado y su portal corporativo por 315.000 en mayo, pero claro, contraviniendo mucho los plazos estipulados por la Ley y anunciados por Font de Mora, quien quería tener 5.000 alumnos antes de que acabe el presente curso.

La diputada del PSPV, Anna Noguera, criticó ayer «las evasivas con que Font de Mora contesta a la oposición» respecto a la VIU, y criticó que el proyecto nace «sinsentido en el nivel educativo y en un momento de asfixia económica de la Generalitat». Noguera mostró su temor a que con la VIU pase igual que con la Ciudad de las Lenguas y Mundo Ilusión y se convierta en «un proyecto virtual para una universidad virtual».