­El informe «Oportunidades de integración entre las personas españolas y extranjeras en la ciudad de Castelló», elaborado por Ceimigra con el patrocinio de Bancaja, alerta de posibles conflictos raciales en el futuro por las malas condiciones que empiezan a padecer algunos colectivos de inmigrantes.

Según el documento, el análisis de las condiciones socioeconómicas de los extranjeros en el municipio castellonense resulta «demoledor». «Los contrastes con Rumanía en renta per cápita son considerables –la cifra española multiplica por diez la rumana–, y las diferencias crecen cuando hablamos de inmigrantes de Nigeria, China, Argelia o Marruecos». El informe concluye que la renta española multiplica por siete la de Perú o Colombia, triplica la de Brasil o duplica la de Argentina.

Los expertos aseguran que la llegada de inmigrantes depara algunas «situaciones que pueden convertirse en focos de futuros conflictos», como las penosas condiciones de vida en viviendas de escasa calidad (hacinamiento, realquileres, problemas de seguridad, pisos-patera, etc). La saturación de algunos servicios públicos como la sanidad y la educación, provocada por el incremento de la población –no sólo por la llegada de inmigrantes–, «es otro de los motivos de preocupación, como habitualmente es recogido por la prensa».

Además, el documento de Ceimigra alerta de que, aunque la integración residencial de los inmigrantes se ha producido de forma «natural» hasta el momento, algunos barrios periféricos empiezan a convertirse en áreas de auténtica «exclusión para los ciudadanos foráneos debido a los elevados precios que alcanza la vivienda».

En el aspecto cuantitativo, la cifra de foráneos en la principal localidad castellonense se ha duplicado sólo entre 2001 y 2006: de 14.329 inmigrantes (9 por ciento de la población total) se pasa a 30.898 (17,72%). La comparación con 2007 (datos de finales de noviembre) depara resultados aún más contundentes: el colectivo extranjero ha multiplicado su cifra desde 2001 por 2,6, hasta llegar a 36.742 personas, que representan un 20,48% de la población empadronada.

Castelló ha demostrado un gran dinamismo al pasar de acoger un modesto 2,49% de los inmigrantes de la Comunitat Valenciana a un 11,25 por ciento en menos de una década. La capital de La Plana se ha convertido en una «pequeña Rumanía», ya que albergaba a casi 24.000 rumanos en 2007, un 52% de los empadronados en la Comunitat y un 6% de los ciudadanos de dicha nacionalidad en España. El informe advierte de que, de no tomarse medidas, pueden empezar a surgir guetos a largo plazo.