­Los jerarcas de la Iglesia Católica parecen que ya empiezan a plantearse nuevas fórmulas para atraer hacia su causa a más devotos. Año tras año cae el número de alumnos en los seminarios de toda España y parece que esta tendencia no se revertirá en los próximos años.

Es por ello que el obispo de la diócesis de Segorbe-Castelló, Casimiro López, ha promovido una nueva campaña en la que urge a los sacerdotes a que durante las próximas semanas busquen a jóvenes mayores de 12 año con una vocación precoz para que participen en un seminario familiar de nueva creación.

Éste diferirá del seminario tradicional. Así, los jóvenes no llevarán un régimen de internado ni realizarán sus estudios en un solo centro, sino que vivirán en sus casas y acudirán a su respectivo colegio o instituto. Una vez al mes, afirma, habrá una actividad vocacional conjunta en la que podrán estar presentes también los padres.

López admite en un comunicado que esta iniciativa responde «a su preocupación por el escaso número de seminaristas mayores y la alta edad media del clero». Lanza duros reproches contra los actuales sacerdotes, a los que achaca «su escasa e insuficiente presencia «en la acción pastoral de nuestras comunidades». Según afirma, «muchas veces la acción para suscitar nuevos presbíteros se limita a orar y no se aprovechan suficientemente las ocasiones, como la preparación de los sacramentos, el colegio, o las clases de religión, para dar a la oportunidad a los niños y jóvenes de preguntarse si Dios los llama a ser sacerdotes, «cuestión que cada uno debería hacerse alguna vez en la vida», apuntó.

El obispo, de esta manera, hace público la desazón que existe en el seno de la jerarquía eclesiástica por la caída del número de seminaristas. Tal como se atisba en las palabras del prelado, cada vez hay menos aspirantes a cura. En 2004 el seminario Mater Dei de Castelló contaba con 50 alumnos y a estas alturas se presume que esta cifra será inferior.