Castelló acumula un stock de 34.000 casas por vender y la patronal nacional de promotores estima que esta cantidad será absorbida por el mercado en seis años. Aunque los empresarios de Castelló rebajan estas previsiones, lo cierto es que la vivienda de nueva construcción tardará un tiempo en reflotar y el sector del ladrillo está obligado, por ello, a mirar otros nichos de mercado.

Y dos de las vías que se presentan como tablas de salvación son la rehabilitación de cascos antiguos y la restauración de patrimonio histórico, según el Colegio Oficial de Arquitectos de Castelló. "El futuro del turismo está en el interior", destacó a este diario el presidente de la entidad, Ramón Monfort. En el caso del patrimonio, el responsable del colegio abogó por restaurar masías, casas rurales y monumentos, y destacó el potencial de la provincia, en la zona del Maestrat, en poblaciones como Morella, Sant Mateu, Vilafranca, Vistabella o Peñíscola.Los empresarios de la provincia también defienden el fomento del turismo de interior y de salud, y en este sentido hará falta el desarrollo de nuevos equipamientos. Monfort recordó que Ares del Maestre ya ha llevado a cabo un concurso para rehabilitar su edificio consistorial, de estilo gótico.

Y respecto a la rehabilitación de cascos antiguos, Castelló también cuenta con buena materia prima. "En Castelló hay casas por rehabilitar y cuya ejecución no requiere grandes dispendios", apuntó.

Estas dos vías son las principales alternativas de presente y futuro para la construcción. El volumen de ventas de los años de bonanza no volverá a Castelló. España construyó en la etapa de auge económico tantas casas como Francia y Alemania juntas y Castelló fue una de las puntas de lanza de esta burbuja. Un informe de la Universitat Jaume I refleja que en aquella época hubo un exceso de oferta y que la demanda se vio empujada al alza por "factores especulativos". Según el estudio, en 2006 se cerraron 900.000 transacciones inmobiliarias en España cuando se crearon unos 400.000 hogares. El ladrillo fundamentó su expansión en las viviendas libres de nueva ejecución. Obvió otras fórmulas como la rehabilitación, la VPP y el alquiler. La primera opción sólo representaba el 10% del total. En dos años de crisis han cerrado 2.286 empresas del sector, el 41%, y 21.109 trabajadores han acabado en la calle.

"Desde el colegio no queremos que vuelva la burbuja inmobiliaria. Ya advertimos de ella. Se construía demasiado, 22.000 viviendas anuales en Castelló", indicó Monfort. En 2010 sólo se han visado 124 casas en el primer trimestre. Los arquitectos, al respecto, apuestan por un crecimiento más sostenible y subrayan las posibilidades de Castelló para relanzar la restauración de monumentos históricos y de centros antiguos de las ciudades. También estiman fundamental un impulso de viviendas de promoción pública, una modalidad que, a pesar de los planes públicos presentados, continúa sin arrancar.