Una pareja de encapuchados atracó, durante la mañana de ayer, una oficina de Bancaja de la localidad de Jérica de la que, al parecer, se llevaron un botín de 20.000 euros a punta de pistola y de arma blanca.

Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana, sobre las nueve y veinte, cuando, al parecer, dos encapuchados y armados con una pistola y un arma blanca –se investiga si un cuchillo o una navaja–, entraron en la única sucursal de esta entidad, situada en la calle Rey don Jaime de la localidad. Al parecer, exigieron el dinero al dependiente tras diversas amenazas. Según estas mismas fuentes, el botín «ascendía a 20.000 euros».

Al parecer, en la oficina tan solo se encontraba «uno de los tres dependientes con los que cuenta la entidad y no había ningún cliente, por lo que en cuestión de minutos se llevó a cabo el atraco». «Por lo que parece les estaban esperando en la puerta con un coche y salieron huyendo rápido, porque según dicen, ha sido en muy poco tiempo: visto y no visto», explica una vecina del municipio.

Así mismo, otra de las vecinas comenta: «Dicen que eran españoles, porque no tenían acento extranjero cuando han hablado, aunque no se sabe».

Cerrada al público

Desde el mismo momento del atraco, la oficina ha quedado cerrada al público y durante toda la mañana la Guardia Civil se ha desplazado hasta el lugar de los hechos para tomar declaración al empleado y cotejar informaciones.

Por su parte, el director de la oficina ha declinado hacer ningún tipo de declaración al respecto.

Tras la comisión del atraco en Jérica agentes de la Guardia Civil de Castelló desplegaron la habitual operación jaula con el fin de tratar de arrestar a los delincuentes. Sin embargo, en la tarde de ayer aún no habían sido localizados. Los investigadores examinan la lista de atracadores fichados hasta el momento.

Se trata del mayor atraco ocurrido en Castelló desde el pasado mes de marzo, cuando la Guardia Civil detuvo a dos sujetos que entraron en una sucursal bancaria de la capital de la Plana armados con una pistola con la que amenazaron a uno de los empleados de la entidad.

Mientras uno de los ladrones se llevaba el dinero, el segundo atracador amenazaba con una porra eléctrica a otro empleado para que abriera la caja fuerte.

Tras obtener un botín de 1.800 euros en efectivo del dispensador automático, los autores encerraron a los dos empleados de la entidad en un cuarto de baño, y abandonaron a continuación la oficina, para evitar que facilitasen datos sobre su huida.

En la investigación policial, se logró la identificación de los presuntos autores, dos españoles de 52 y 45 años, vecinos de Tarragona, uno de los cuales se encontraba cumpliendo condena en la cárcel de Tarragona.