Un agujero del tamaño necesario para plantar un árbol, de 1,2 metros cuadrados por 1,8 de profundidad, acogerá el primer sismógrafo del Maestrat en una parcela de Alcalà de Xivert. El aparato, que pertenece a la red de l'Observatori de l'Ebre, ha sido financiado en un "pack" de dos estaciones por 250.000 dólares que la empresa Escal UGS financia para colaborar con el mundo científico del entorno que ocupa. El acuerdo se rubricó hace dos años.

La colaboració partió del interés de este observatorio por ampliar su red sísmica que se extiende por el territorio de Cataluña. La primera estación está ubicada desde hace más de un año y funcionando en la ermita del Remei de Alcanar y la segunda en Alcalà de Xivert.

Según Recaredo del Potro, presidente de Escal UGS, "para controlar los terremotos, cuanto más alejadas estén, mucho mejor y l'Observatori no tenía ninguna hacia el sur, en territorio valenciano". El emplazamiento de Alcalà es casual, podría haber sido otro, aunque dentro del radio de interés de este grupo que inició la sismología instrumental en Cataluña en 1904. De esta forma se fomenta la cooperación de la concesionaria del proyecto Castor con las entidades científicas y las corporaciones locales que están próximas a su zona de implantación empresarial.

L'Observatori de l'Ebre cuenta con estaciones en la plataforma petrolífera Casablanca, situada a 60 kilómetros del delta del Ebro y en las inmediaciones de Tortosa, en el Mont Caro. Cuanto más alejadas estén las estaciones mayor cobertura tienen de lo que está pasando, explican desde Escal UGS.

Las estaciones ayudaran al mundo científico a medir y prevenir los problemas sísmicos, en una zona que es. a priori, de muy baja actividad.

Para que el sismógrafo sea una realidad, Escal ha tenido que presentar un estudio de integración paisajística de la planta que, de hecho, va enterrada. Ayer el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana exponía el estudio para que los interesados presentaran alegaciones.

Por otro lado en las dos plantas del proyecto Castor tendrán estaciones para medir la calidad del aire atmosférico. "Las estaciones atmosféricas nos la impone el Estudio de Impacto Ambiental, pero las sísmicas son por decisión nuestra", explica Del Potro.

La Generalitat tendrá la potestad de decidir el emplazamiento de una tercera planta atmosférica. Estos aparatos intercambian datos en tiempo real para conocer la actividad sismológica y de la calidad del aire.

Tan solo el estallido de la Guerra Civil impidió que la actividad de registro sísmico de l'Observatori se interrumpiera entre el 6 de abril y el 20 de julio de 1938.