El etarra que cumple condena en el centro penitenciario Castelló II de Albocàsser sigue con la huelga de hambre que se inició como acto de protesta por el estado del preso de ETA, Josu Uribe-Etxebarria Bolinaga, condenado por el secuestro de José Ortega Lara y quien sigue encarcelado pese a que el Ministerio de Interior le ha concedido el tercer grado por padecer cáncer. De esta manera, el etarra de Castelló II se suma a otros presos en las cárceles de Alicante, Almería, Granada, Monterroso, así como en los centros franceses de Fleury y Uzerche, que prosiguen con la reivindicación de que Uribe-Etxebarria sea trasladado a un hospital.

Según informó ayer en un comunicado la asociación de apoyo a presos de ETA, Exerat, el resto de reclusos del colectivo que se habían sumado a la iniciativa en otras 17 prisiones, han decidido suspender la protesta y sustituirla por otras actuaciones. Entre ellas, destacan los chapeos (renunciar a las horas de patio) en celdas, ayunos rotatorios, el envío de cartas de denuncia, la renuncia a una de las comidas diarias y a llamadas telefónicas, así como la exhibición de carteles de denuncia en los recuentos.

La mayor parte de los participantes en la huelga de hambre decidió interrumpirla el pasado 22 de agosto, jornada en la que Uribetxebarria anunció que abandonaba el ayuno.

Pese a que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció la concesión del tercer grado, la clínica forense de la Audiencia Nacional afirmó ayer que Uribe-Etxebarria no se encuentra en "fase terminal" y puede ser tratado de su cáncer en la cárcel, en contra del criterio de la prisión de Zaballa (Álava), que entendía que precisa ser ingresado en un hospital. El expediente médico elaborado por la clínica forense de la Audiencia Nacional determina que el tratamiento del cáncer del preso condenado por los secuestros de José Antonio Ortega Lara y Julio Iglesias Zamora, entre otros delitos, "puede ser llevado a cabo por los servicios médicos de la cárcel". Esta conclusión contrasta con el criterio de la dirección de la prisión de Zaballa, al que aludió el jueves el ministro del Interior, según el cual las cárceles "tienen enfermerías que son consideradas centros de asistencia primaria, y el tratamiento exige estar ingresado en un hospital".

El informe detalla que si Uribe-Etxebarria necesita recibir tratamiento de radioterapia o una intervención quirúrgica, estas terapias sí deben aplicarse en un centro sanitario. La forense explica que con los resultados obtenidos de las pruebas clínicas realizadas al recluso y basándose en el índice de Karnofsky -indicador que predice la evolución en pacientes oncológicos-, el 50 por ciento de los enfermos "con las mismas características" que Uribe-Etxebarria vivieron "igual o menos de 11,3 meses". Este informe forense fue entregado ayer al juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, quien adoptará la resolución definitiva sobre la concesión de la libertad condicional al recluso. El preso se someterá el lunes en el Hospital Donostia a una pruebas para determinar si comienza a recibir sesiones de radioterapia para tratar los nódulos metastásicos detectados en su cabeza, según indicó Etxerat.