?

Reciplasa quiere convertir basura en combustible. Al igual que los alquimistas, pero sin oro y con mayores dosis de realismo, la planta de residuos del consorcio intermunicipal en Onda dará un paso de gigante al transformar algo sin valor -y que nadie quiere en su término municipal- en un producto capaz de venderse, en este caso a las cementeras para alimentar sus hornos.

Aunque fue el lunes cuando se colocó la primera piedra, la oficial, la que ponen los políticos, el proyectó empezó a gestarse mucho antes. Fue en 2005 cuando se pensó en crear una planta para obtener combustible sólido recuperado (CSR). Este tipo de tecnología ya está implantada en países más avanzados tecnológicamente, caso de Alemania.

Desde hace siete años, según recuerda el director técnico de Reciplasa, Fernando Albarrán, se han sucedido los convenios entre la empresa y la Universidad Jaume I. Han sido años de estudios y de pruebas, incluidas las de la planta cementera de Buñol a través de un acuerdo con la empresa gestora. Al final, el esfuerzo ha valido la pena.

Aunque hay más plantas de CSR en España, la de Onda tendrá la peculiaridad de ser la primera en utilizar la basura doméstica tratada y "limpia" , lo que permitirá, por una parte, generar combustible, y por otra disminuir del 50 al 10% los desechos que se enterraban en el vertedero de rechazos, que está muy saturado. El rechazo resultante será "prácticamente inerte", asegura Albarrán.

Y aunque es muy complicado hablar de panacea cuando se trata de desechos, de hecho Greenpeace advierte sobre las consecuencias del mal uso del CSR, por ahora la balanza se decanta hacia los aspectos positivos. Y es que, según resaltan desde Reciplasa, se ha conseguido un combustible de ecológico (el 50% de su composición es renovable), que reducirá las emisiones de 140.000 tonelada al año de CO2 a la atmósfera y se convierte en una alternativa al carbón. Al tiempo que se evitará el uso de 100.000 metros cúbicos anuales del vertedero de rechazos. Y con ello, se reducirá también la acumulación de lixiviados y se recuperarán los rechazos ya depositados la planta.

La nueva instalación permite tratar 150.000 toneladas de residuos al año, aunque en un principio, cuando entre en funcionamiento, la cifra no sobrepasará los 100.000. Unas 80.000 toneladas saldrán de las 170.000 que entran anualmente a la planta procedentes de las basuras producidas por los 365.000 vecinos de los municipios del área industrial de la Plana. Y las 20.000 restantes se extaerán del rechazo acumulado desde 1998. Desde entonces, en la planta ondense se han tratado 2.100.000 toneladas de basura, derivando en 1.000.000 de toneladas el rechazo depositado en el vertedero de Onda.

Nueve millones

El proyecto cuesta 9,1 millones y prevé entrar en funcionamiento a principios de año. La relación entre el gran presupuesto y el poco tiempo que resta para que el plan sea realidad se explica en que la mayor parte de la inversión se la llevarán los equipos, que cuestan 6,9 millones,. Y todo con el milagro del consenso de todos los grupos políticos, unos acuerdos que en otros campos son casi tan difíciles de conseguir como la conversión del agua en vino, pero el caso de la basura y el combustible parece que terreno abonado.