Un mercado de abastos es el corazón de un centro de la ciudad. Un casco antiguo que adolece del mismo carece de vida. Y el núcleo histórico de Castelló le debe buena parte de su vitalidad a su «Mercat Central», que desde 1949 dispensa productos frescos en sus actuales instalaciones, ubicadas entre las plazas Santa Clara, Mayor y Pescadería.

Desde hace años se barruntan posibles proyectos de reforma para diversificar su oferta, pero sus ochenta paradas mantienen el vigor de toda la vida. Además, hay comercios del entorno que colaboran de forma indirecta con el mismo. Así sucede con la cafetería Centro de la plaza Santa Clara, que desde 2013 ofrece la posibilidad de cocinar productos adquiridos en el «Mercat Central» a unos precios económicos. Se pueden llevar alimentos frescos (carne, pescado, verdura o marisco) del mercado y luego se elaboran a la plancha. Todo lo que quepa en la misma se servirá por cuatro euros. Por este dinero se pueden degustar dos docenas de gambas y langostinos, unos pocos champiñones, calabacín y berenjena, por ejemplo. Aparte está la bebida, aunque el local también permite llevar desde fuera una botella de vino especial.

Este bar estrenó este servicio complementario dos años atrás. Pone así su grano de arena para potenciar el casco antiguo de Castelló, destaca su propietario Ximo García. Esta novedad ha sido bien acogida por el público, especialmente los viernes y sábados al mediodía, añade Ximo.

Este espacio, asimismo, es uno de los locales históricos del entorno de Santa Clara. Nació hace 27 años, cuando sólo había tres bares en la zona, además del «Mercat Central», rememora Ximo. Justo esta semana ha presentado la ración con la que participará en una ruta de la tapa de Castelló, será con un «calçot de mar».

Santa Clara y alrededores aportan un nuevo ingrediente en una de las zonas más concurridas de la ciudad. Al mercado de abastos hay que sumar las cafeterías y bares de los alrededores y los comercios tradicionales del centro abierto.

La propuesta de la Cafetería Centro ayuda a promocionar uno de los elementos indispensables del casco histórico como el mercado de abastos. Ha demora sus proyectos de rehabilitación, pero funciona a plenos rendimiento con cerca de sus 80 paradas que disponen de género de todas las variedades. En los últimos tiempos ha ganado en proyección gracias a la apertura de un nuevo establecimiento en su pasaje, que aspira a convertirse en un nuevo punto gastronómico.

El último plan de acción comercial del ayuntamiento recomendaba la incorporación de espacios especializados en alimentación gourmet o productos nicho (ecológicos, chocolate, enoteca, oleoteca o menaje), además de negocios hosteleros.

El «Mercat Central» fue inaugurado en 1949 en su actual emplazamiento tras abandonar el tinglado de la plaza Mayor. La última remodelación se efectuó en 1985, junto con una reforma de Santa Clara, con nuevo parking incluido.