El Ayuntamiento de Castelló ya ha mantenido unos primeros contactos con el Obispado para firmar una convenio con la Basílica de Lledó, cuya titularidad es municipal, según fuentes del equipo de gobierno. Pero de estas negociaciones queda fuera el prior de Lledó, Josep Miquel Francés, quien ayer afirmó que ignora estas conversaciones. También subrayó que la mayor parte de la donación por las bodas en Lledó se destina a las parroquias de la ciudad y a cuestiones de mantenimiento del edificio. De los 270 euros que se cobra por cada matrimonio, sólo 10 euros, subraya, se destinan al cura que oficia la ceremonia.

El vicealcalde, Enric Nomdedéu, señaló el viernes que en el convenio se aspira a una compensación por parte de la Iglesia por costear la conservación de la basílica y el salario del prior. Para ello subrayó que la basílica recibe ingresos extraordinarios con la celebración de bodas, y apuntó que una parte de la tarifa de los enlaces matrimoniales podría corresponder al ayuntamiento, que para eso, adujo, paga el sueldo del prior y se encarga de la limpieza.

Francés destacó que el canon está publicado en la web de la basílica. Así, según indica la misma, de los 270 euros, 70 euros se los queda la parroquia que inscribe el matrimonio, 50 euros las parroquias de los barrios periféricos, 50 euros un fondo de nuevas parroquias (en la actualidad la parroquia universitaria de El Salvador, junto a la UJI), mientras 50 son para mantenimiento de la basílica, 40 para gastos de oficina y 10 para el sacerdote que celebra el matrimonio. De esta manera, en Lledó permanecen 100 euros, de los que 10 engrosan la nómina del párroco de la celebración.

El ayuntamiento avala la continuidad de la titularidad municipal de la basílica, una relación que se remonta al siglo XV, pero quiere regularizar las condiciones de uso. Subraya que la permanencia del prior como un funcionario es una «anomalía», pero admite que está obligado a ello al ser la basílica una propiedad municipal. Es por ello que pretende firmar un acuerdo de uso a fin de que la Iglesia Católica compense de alguna forma a las arcas municipales. El consistorio paga 19.000 euros brutos al año por el sueldo del prior, y otros 21.000 por la nómina de un celador de Lledó.

Fuentes municipales señalaron que ya ha habido reuniones con el Obispado y destacaron que ya han regularizado la figura del celador, que hasta ahora recibía un salario municipal pero no que no tenía los mismos derechos laborales que un funcionario. Ahora se asemeja a un empleado municipal. La basílica necesitará una segunda persona que sustituya al celador cuando descanse, y el ejecutivo espera que la propia diócesis disponga de un sacristán de respaldo.