Suele decirse que ser aficionado de equipos que siempre ganan o que siempre encabezan la tabla es fácil porque hay más posibilidades de celebrar triunfos. En esos casos la distancia es lo de menos. Precisamente por este motivo, los aficionados de clubes que no tienen ese predominio futbolístico, tanto en los campos como en los medios de comunicación, tiene un valor añadido, especialmente si les separan cientos de kilómetros. Este es el caso de la Peña Athletic de la Plana Baixa, una agrupación de aficionados a los que los colores les unen más allá de toda explicación razonable.

Cada socio podría explicar su caso personal, pero la mayoría de los casi 80 integrantes de esta peña sienten predilección por este club por su singularidad, por el hecho de apostar firmemente por la cantera y por los jugadores nacionales. En cualquier caso, como asegura Adrián Romero, uno de los socios fundadores: «ser del Athletic es un sentimiento», que va por encima de resultados, de kilómetros o de dificultades.

Otro aspecto curioso de esta peña es que agrupa a aficionados del Athletic de La Vilavella, Borriana, Nules y Artana, personas que se juntan en la sede que tienen en la Vilavella para disfrutar de los partidos, a pesar de que, como lamenta Romero, «en la televisión siempre salen los mismos, es difícil saber algo del Athletic», aunque incluso en este caso superan los obstáculos porque «el que se hace de este equipo es porque lo siente, porque lo llevamos dentro».

La distancia también hace que sea ciertamente singular el hecho de que los socios de la peña no son socios del club, ya que no pueden acudir semanalmente a los partidos que se juegan en casa. Aunque desde su fundación este grupo de aficionados estableció una norma que desde 1997 solo se ha incumplido en una ocasión: todos los años se organiza un viaje a Bilbao para disfrutar de un partido.

Fin de semana de emoción

Lo cierto es que la mayor parte de las veces no eligen qué partido vivir en directo, porque todo depende de que coincida con fiestas o puentes lo suficientemente largos, porque aunque el objetivo es sentirse un verdadero hincha desde la grada al menos una vez al año, aprovechan el viaje para disfrutar de la ciudad. Según explica Adrián Romero, se fleta un autobús, «algo fácil porque lo tenemos en casa ya que Pepe Vives, de Autos Vives, es miembro de la peña». Reservan un hotel, realizan una ruta de pinchos por San Mamés, acuden a un entrenamiento?

En definitiva, aprovechan en unos pocos días la ausencia que se ven obligados a vivir durante el resto del año. Y lo cierto es que todos los años el autobús se llena. Tanto es así que, según Romero, los viajes «se organizan tan bien, que incluso se apunta gente que no es del Athletic».

Otra característica significativa de esta peña es que cuenta con un gran número de niños que desde bien pronto aprenden lo que es sentirse identificado con un equipo «de una manera tan especial». Por otra parte, se ponen las cosas fáciles para que sea así. Los menores solo abonan la cuota de alta y después, hasta alcanzar los 16 años, no tienen ningún gasto más.

Dentro de un par de años, si no surgen imprevistos, la peña cumplirá 20 años. En su décimo aniversario se organizaron varias actividades especiales, como un cuadrangular en el que participaron con las peñas madridista, barcelonista y valencianista. «Cada año era una la encargada de organizarlo», pero como otras muchas cosas que solo se hacen por querer, se fue enfriando y hace dos años que no han vuelto a encontrarse.

Además, aprovechando la visita de su equipo al campo de El Madrigal, la Agrupación de Peñas del Mediterráneo se reúne en una comida en la que también participan, aunque la asistencia de los socios a este evento depende de muchas cosas. Lo que no tiene condicionantes es el respeto por su equipo y la filosofía que lo hace posible, que lo distingue del resto de clubes de la Liga y que hace que sus aficionados, estén en Bilbao o en la Plana Baixa, se sientan orgullosos de vestir la camiseta rojiblanca.