No se marchaba contento el domingo Marcelino de El Madrigal. Es cierto que el Villarreal no mostró su mejor versión ante el Sporting, muy lejos del rendimiento que se ofreció ante Valencia y Deportivo, pero no sé si el malestar que mostró el asturiano en la sala de prensa fue excesivo o no. A veces tiendo a pensar que soy muy resultadista, tal vez como herencia de seguidor creado a base de sufrimiento tras tantos años siguiendo a los equipos provinciales en categorías menores. Esto me lleva a pensar que tal vez no estamos acostumbrados a juzgar como aficionados de club grande y nos conformamos con ganar. Bendito el deseo de ganar y lograrlo, pero Marcelino no es así.

Es zorro viejo y conoce el final del cuento. Ya lo dice el dicho: «Más sabe el diablo por viejo que por diablo». Y Marcelino de diablo, tiene un rato. Sabe lo que se trae entre manos y es consciente de que, pese a tener una gran plantilla, el rendimiento de la misma está siendo muy superior al esperado. Y lo está logrando a base de trabajo, sacrificio y humildad. Y aquí reside el quid de la cuestión. Marcelino no quiere relajación alguna. Sabe que si este equipo no da el cien por cien no ganará partidos, salvo fortuna, como el domingo, cuando el Sporting fue mejor que el Villarreal. Estoy seguro que Marce estaba tan contento como cualquier otro aficionado tras el triunfo, pero este era el momento de pegar un toque de atención. El Villarreal, como a principio de temporada vuelve a estar en la cresta de la ola y esta vez, Marcelino no quiere caerse de la tabla como ya ocurrió en su momento. Y la mejor manera de hacerlo es recordar en cada momento que esto es el Villarreal y que los puntos no vienen dados sin trabajo. Los jugadores han de entender que este equipo, aún ganando 2-0, no puede permitirse el lujo de relajarse, porque, en muchos casos lo puede acabar pagando, y más ahora que acechan Athletic y Real Betis Balompié.

Aun así todo esto no quita para que el Villarreal y su plantilla hayan sellado una primera vuelta espectacular, para enmarcar. La mejor de su historia. Dieciocho partidos que dejan al submarino en Champions, un punto por debajo del todopoderoso Real Madrid, y lo que es más importante a 8 del Celta, a 10 del Sevilla, a 11 del Athletic, a 15 del Málaga y a 16 del Valencia. ¡¡¡¡16!!!! Y todo ello con un sinfín de lesiones y con Los Samus a medio gas. En este sentido me gustaría resaltar las figuras de Areola, lástima que sólo esté cedido; de los defensas Mario y Víctor Ruiz, quienes llaman a la selección; de un Musacchio que vuelve a ser líder tras su baja; de un Bruno que siempre será el timón y capitán; de un profe, Trigueros, que crece jornada a jornada; de un Jonathan polivalente, que ha dado equilibrio a la medular; de un Denis, que pese a los cantos de sirena está siendo un puñal en la banda; y sobre todo de un Soldado y un Bakambu que forman un tandem arriba espectacular. Todo ello dirigido por un gran jefe de orquesta, Marcelino García Toral y su equipo de trabajo. Gracias por hacernos soñar y disfrutar, y gracias por exigiros más cada día con el fin de lograr mejores resultados.