En el día grande de las fiestas de la Magdalena, el segundo filial del Villarreal recibe al Castellón en la Ciutat Esportiva de Miralcamp. Amarillos y albinegros protagonizan un derbi en las alturas. Más allá del morbo que deriva de la rivalidad, derbi menor pero derbi al fin y al cabo, en esta ocasión el duelo adquiere una importancia superlativa, ciñéndonos a lo estrictamente clasificatorio. Tanto el Villarreal C, que es quinto en la tabla, como el Castellón, cuarto con dos puntos de ventaja, se juegan esta tarde buena parte de sus opciones de éxito.

Porque el derbi no es definitivo, pero definirá la recta final de la temporada para ambos equipos. La victoria vale además la diferencia de goles particular, tras el empate de la primera vuelta. En caso de triunfo local, el Villarreal C recuperará la plaza de promoción de ascenso. En caso de triunfo visitante, el Castellón se abonará al cinco. Cinco serán los puntos que lo separen del líder Atlético Saguntino, que pinchó ayer en casa ante el penúltimo; y cinco serán los puntos que maneje respecto al quinto clasificado.

La experiencia previa dicta que el Castellón ha rendido en Vila-real en la medida que ha sido capaz de discutir la pelota al rival, y de dificultar el juego posicional de los jóvenes talentos amarillos. En el caso contrario, llega el baile. El apoyo interior que desata la turbina de pases y desmarques del ataque colectivo del segundo filial amarillo.

Al Villarreal C lo eleva la calidad técnica de sus futbolistas y el juego ofensivo que practica. No en vano, el segundo filial amarillo es el tercer equipo más goleador de la categoría. En casa, especialmente, acumula triunfos de postín. Trituró, sirva de ejemplo, al líder Saguntino (3-0) y al segundo Ontinyent (6-0). Solo la cantidad de empates concedidos ha lastrado el vuelo de los amarillos, que solo ha perdido dos partidos en lo que va de Liga.

Enfrente estará el Castellón, con menos lujos de promesas nacionales e internacionales, pero con mayor músculo y experiencia. El equipo albinegro, que estará además arropado por varios centenares de aficionados orelluts, ha calificado el duelo en la previa como una final. Los de Kiko Ramírez están sufriendo en un tramo de temporada clave para sus aspiraciones, completada la remodelación de la plantilla en el mercado invernal, y con una serie de duros desplazamientos. En Vila-real buscará aquello que no consiguió ni en Ontinyent ni en Sagunt: ganar. Para ello, Kiko maneja dos planes. El del músculo, juntando a Tariq y Antonio en la delantera y equilibrando la medular con trabajo; y el del talento, juntando a Meseguer y Marenyà por dentro y dando carrete al refrescante Ebwelle por fuera.

Todo, en Miralcamp, desde las cinco y pendientes del cielo.