n día de la semana que ya acaba, tal vez martes, tal vez lunes, los presidentes del Villarreal y del Milan se reunieron en un restaurante de Borriana a comer y hablar de lo que tenían pendiente, dícese del contrato que debía unir a Musacchio al equipo italiano. Creía Fernando Roig que su homólogo llegaba con la idea de cerrar el trato, de acuerdo con lo pactado, pero se encontró con que el presidente del Milan no estaba por la labor: seguía el club italiano a dos velas, no podía pagar, pero llevaba en la cartera una idea nueva, a partir de la cual y de ser aceptada por Fernando Roig, se cerraría. La idea era simple: el Villarreal cedería esta temporada a Musacchio al Milan a coste cero y cuando llegara el verano que viene ya se hablaría.

Dicen mis fuentes, que la comida en Borriana también tuvo que pagarla Fernando Roig. Se supone, cuando escribo, que Musacchio habrá vuelto a los entrenamientos del submarino muy decepcionado y no hay para menos. Si hay un futbolista profesional en el mundo con mala suerte para con los traspasos, ese es Musacchio. Para los aficionados del Villarreal la noticia más que buena es magnífica, puesto que con otro que venga, bueno, bueno, asunto resuelto, a condición de que no le salga de aquí al cierre del mercado otra novia al central argentino. De ser así, que sea con padre rico.

Cuando a un futbolista muy cualificado y en plena madurez profesional se le pone por delante un fichaje que mejorará su estatus y la oferta viene de uno de los grandes de Europa, las dudas, de existir, se derrumban rápido. Y eso es lo que se le presentó a Musacchio, un futbolista criado a las ubres del Villarreal, que cada vez que el verano llegaba, él le saludaba con una lesión de considerable duración, con lo que, naturalmente, se volatilizaba el traspaso del central argentino. Este verano, por una vez, las cosas fueron distintas porque Musacchio estaba sano y en forma, con lo que muy pronto apareció el interés del Milan.

Todo parecía que esta vez sí, que el equipo italiano y el jugador argentino se habían dado el sí quiero y el Villarreal tendría que buscar algún profesional para sustituir a Bailly, y otro parea solventar la ausencia de Musacchio. Otra vez la mala suerte ha impedido que el jugador vea frustrada su salida de la plantilla amarilla, si bien y por ventura, esta vez no será por causa de alguna lesión. Jugando aquí se ha hecho daño grave un par de veces, jugando aquí y cuidado aquí se ha recuperado otras tantas, jugando aquí ha sido requerido para la selección de argentina, lo que no es grano de anís, y jugando aquí participará en la Champions, lo que quiere decir que en un grupo de mataos no se va a quedar.

Todos los años que nos queden a todos, incluido Musacchio, llevan el verano incluido y todos los veranos los equipos profesionales se intercambian cromos a tanto la pieza. No pasa nada y si pasa se le saluda. El equipo se está configurando poco a poco, se supone que los huecos que quedan se cubrirán en pocas fechas, a falta la recuperación de Cheryshev, el jugador que no se ha cansado de decir públicamente que cuando salió del Villarreal dejó un espacio vacío, que no lo pudo llegar la llegada de otro amigo, como dice la canción. Florentino Pérez se lo negó al Villarreal después de aquel error burocrático, cuya responsabilidad correspondía a la maquinaria burocrática del equipo de la Villa y Corte. Entendió Florentino Pérez que la manera de vengarse del Villarreal era cederlo al Valencia, rival principal y natural del submarino y así lo hizo, demostrando de esa manera su caballerosidad, su altura de miras y la grandeza moral de quien es presidente del club más rico del mundo, más caballeroso, no sé yo, al menos hasta que no cambie de presidente.

«Com que hi han mes díes que llonganisses, i mes anys que capelláns», Cheryshev ha vuelto al Villarreal, donde se recupera de una lesión que se produjo en Valencia. Se espera su recuperación para dentro de lo que queda de año natural y volverá a encandilar a los aficionados que dan soporte al submarino, aunque habrá que esperar un poco para acabar de recuperarse al cien por cien.

Cuentan los bien informados que con otro punta y otro central la plantilla podría cerrarse, garantizando una temporada de lo más entretenida y ustedes que lo vean.