En la Cámara de Comercio de Castelló y en el marco de la junta general ordinaria de accionistas del Club Deportivo Castellón, se podría decir que David Cruz venció, pero no convenció. Venció a su manera, el presidente, porque hizo valer su aplastante mayoría accionarial para sacar adelante todos y cada uno de los puntos del orden del día, pero no convenció a nadie porque los pequeños accionistas mostraron su rechazo frontal, tanto a las cuentas presentadas en la temporada anterior como a sus planes a corto plazo al mando de la entidad. Cruz aprobó una ampliación de capital que no llega al millón de euros, una cantidad calificada de «insuficiente» por la mayoría de los presentes.

Pero en las juntas de las sociedades anónimas deportivas no cuentan las personas sino las acciones, y ahí David Cruz, a la espera de lo que dictamine un juez respecto a su contencioso por la compraventa con José Manuel García Osuna, no tiene rival. En la junta estuvo representado el 71 % del capital social del club. Cruz sacó adelante cada votación porque su paquete accionarial representaba algo más del 97 %. Los votos fueron un trámite.

La mesa la formaron el presidente y consejero delegado David Cruz, el abogado y secretario José Cano Coloma y el consejero Andrés Fernández, con la compañía del notario José Vicente Malo. La función comenzó con retraso, casi a las 12 y casi una hora más tarde de lo previsto. Se alargó durante poco más de dos horas. Comenzó sin sorpresas: se aprobó la salida de Lino Sanchis y Juan Carlos de Celis del consejo de administración. No hubo sustitutos.

Las cuentas

El primer bloque fuerte del orden del día era el relativo al examen y aprobación de la gestión y las cuentas de la temporada pasada. Pese a ingresar 724.000 euros en Tercera , el club presentó unas pérdidas de 375.000. Cruz las justificó a su manera. Resumiendo, por dos motivos: los precios del play-off fueron «demasiado económicos» y «ha faltado colaboración de las instituciones». En ese sentido, Cruz tuvo para todos. Acusó al ayuntamiento de «cancelar de formar unilateral» la subvención de sesenta mil euros, y al presidente de la Diputación, Javier Moliner, de incumplir su promesa y no firmar la acordada. Cruz afirmó incluso estar «valorando» emprender acciones legales contra ellos.

El presidente señaló que se ha reducido en 228.000 euros la deuda con Hacienda, y que la deuda concursal aplazada a veinte años es de 3.241.000 euros.

Abre una rendija

Ese dato se volvió en su contra en el siguiente bloque temático: la ampliación de capital. Quedó de manifiesto que la ampliación que propone el club, que no llega al millón, no cubre la totalidad de la deuda y no saca, por tanto, al club de sus problemas.

Cruz leyó el informe que presentó a sus accionistas para justificar la maniobra. Propuso una ampliación de capital como única solución factible para compensar las pérdidas acumuladas de 2.627.000 millones, que quedan en 2.260.000 tras aplicar las reservas. Lo que hará el consejo es reducir el valor nominal de las acciones 32,68 euros, por lo que pasarán a tener un valor de 13 euros. La reducción será de 909.051 euros y justo ese será el montante de la posterior ampliación. Se emitirán 69.927 acciones a 13 euros cada una.

Cruz justificó que no se había realizado antes la ampliación por estar en concurso de acreedores, y después por no tener esa necesidad de tesorería. «Si esta ampliación se cubre, se planteará hacer una segunda», apuntó.

Los actuales accionistas tendrán un derecho preferencial en la primera fase de la ampliación, derecho que Cruz no aplicará. El presidente comentó que estaba «dispuesto a dar un paso al lado por el desgaste sufrido por el linchamiento de insultos recibidos». «Quien quiera, sea un grupo de inversores o a nivel individual», dijo Cruz, «solo tiene que solicitármelo.

El consejo dimitirá y se irá». «A mí me quema el sillón», prosiguió, «estoy cansado de aguantar insultos y se lo he dicho a las instituciones. A la alcaldesa le he ofrecido apartarme. No quiero nada por mis acciones. Pido al que entre que avale y demuestre los fondos suficientes y este consejo le cede el derecho preferente».

En ese supuesto, Cruz se iría con un porcentaje de acciones minoritario (a la espera de la resolución de su conflicto con Osuna). «Yo no voy a ser el problema, ni este consejo tampoco».

Con estas palabras Cruz abrió la puerta a ceder la mayoría, pero no a quedarse sin nada. Su visión del paisaje no pareció convencer. Tomaron la palabra miembros de las diferentes asociaciones albinegras presentes (de Sentimiento a Fòrum pasando por Centenari). La ampliación fue tachada de «irresponsable». «Es vender humo, solo un parche». Se subrayó el hecho de que, tras ella, continuaría habiendo una gran deuda: «es insuficiente». Se pidió «una reducción a cero y una ampliación de tres o cuatro millones». En paralelo, Cano Coloma admitió «negociaciones» con compradores interesados.

Preguntas

En otro orden de cosas, Cruz justificó los impagos a Hacienda en los últimos meses «porque pedimos una espera en previsión de la ampliación, se nos concedió y hasta marzo estamos exentos». No se votó el presupuesto de la temporada actual porque no fue presentado al no poderse preparar a tiempo. Se explicó brevemente que los ingresos eran más o menos los mismos, pero que los gastos se iban a reducir, especialmente los relativos a la plantilla. Cruz elogió «el compromiso» de sus jugadores, a los que debe un mes, y eludió entrar en detalle en su relación con el entrenador Frank Castelló, al que debe dos. Quieren refuerzos: «buscamos cesiones de superior categoría».

Cruz justificó la ausencia de médico en la falta de dinero: «no nos lo podemos permitir». Aseguró que el viaje a China «no costó un euro al club». Llamativo fue su análisis del terreno de juego de Castalia, que fue tomado a chufla: «está en perfectas condiciones aunque el color no sea bonito porque es un césped de verano». Cruz y la realidad transitan a menudo caminos diferentes.