Pero, a pesar de que la relajación de la Roma ayudó, el Villarreal casi metióen un lío bastante importante al conjunto transalpino. Con la apuesta por Soldado, primer partido como titular desde su lesión en agosto, y Cheryshev en el ataque, ambos muy agresivos y atrevidos en todas sus acciones, Santos Borré se sumó a la brigada que debía dinamitar el encuentro. Entre los tres, generaron las mejores ocasiones del conjunto castellonense que, después de que Soriano, retornado tras su castigo y que buscaba desesperadamente agradar a Escribá, estrellase un balón en el travesaño, se adelantó en el marcador. Un centro de Soldado, mal despejado por un Vermaelen sin tensión, permitió que Santos Borré anotara desde dentro del área en el minuto 16.

Menos mal para la Roma que Allison estuvo inspirado, porque el Villarreal pudo empezar a creer en el milagro un cuarto de hora más tarde. Fue Rodri quien ensayó un duro disparo desde la frontal que obligó al guardameta brasileño a realizar un paradón. Y en el minuto 38, Santos Borré casi aprovechó un error de Manolas para recorrer la mitad del camino hacia la remontada. Cerró la primera mitad otro lanzamiento lejano y potente, en esta ocasión de Soriano que de nuevo Allison se vio forzado a desviar.

Pero, después de haber ardido, el Villarreal empezó a desvanecerse lentamente con el paso de los minutos. El segundo gol que alimentara la ilusión y permitiera seguir creyendo no llegó, aunque los hombres de Escribá reemprendieron el duelo con la intención de poner en aprietos a la Roma. Pero Santos Borré desaprovechó, en el corazón del área, un pase hacia atrás de Soldado.

Los de Spalletti fueron ganado metros ante un Villarreal al que el cansancio y la realidad del resultado le fueron apagando el ímpetu. Cerca estuvo de empatar Perotti con un disparo desde la frontal que acabó en una gran parada de Andrés Fernández.

Los cambios le dieron un poco más de vida a un Villarreal que se resistía a entregarse sin conseguir al menos algo más de botín. Adrián le dio descanso a un Soldado destacado, merecedor del aplauso por su entrega en su primer encuentro después de seis meses sin jugar. También entró Bakambu, aunque el que acumuló más ocasiones fue Santos Borré. El colombiano, en la recta final, demostró por lo menos intensidad y, aunque se encontró en varias ocasiones con Allison, dejó claro que puede dar mucho más que lo que ha ofrecido al equipo hasta el momento.

Pero la realidad terminó por imponerse. La grada aplaudió a un eterno Totti, y la Roma eliminó al equipo de Escribá que había tirado a la basura la clasificación hacía una semana. Buenas vibraciones y un refuerzo a la confianza, pero el tren de Europa avanza sin el Villarreal a bordo.