El Castellón ha abusado durante la temporada del término final. Hoy no: los albinegros llegan a la última jornada sin margen de error pero dependiendo de ellos mismos. El equipo de Manu Calleja conseguirá la clasificación para el play-off si suma al menos un punto en Castalia. Los orelluts reciben esta tarde al Olímpic de Xàtiva, campeón de Liga y hueso duro de roer. Es la hora de la verdad en la recta final de una convulsa temporada.

El curso ha repetido los patrones que son tristemente habituales en el Castellón. Sospechosas altas y bajas en la plantilla, cambio de entrenador y problemas económicos e institucionales son los ingredientes típicos del Castellón en esta época en Tercera. Este año no ha sido excepción, al contrario, ha sido quizá el año en el que el Castellón ha explorado todos sus límites de resistencia. El Castellón se asoma al balcón de la tercera promoción consecutiva, la cuarta en cinco años, pero la expectativa de éxito no tapa en su afición el temor por la liquidación. Las cuitas del palco, con el presidente Cruz enquistado al mando, siguen marcando la agenda del albinegrismo.

El rival

Como fuere, el Castellón llega con toda la plantilla disponible. El entrenador Manu Calleja recupera a los sancionados Clyde y Chema, y en principio también al lesionado Marenyà. La defensa del once parece clara, la habitual. Por delante, deberá elegir: si Yagüe acompaña a Esaú arriba, sobran mediapuntas aspirantes. Si Clyde escolta a Forner en la medular, Lolo Ivars se acostará en una de las bandas.

Enfrente aguarda el Olímpic de Xàtiva, brillante campeón con el ex albinegro Marc Cosme como referencia goleadora. El Olímpic a priori no se juega nada, pensando ya en el play-off, pero no por ello deja de ser peligroso. En la misma situación, la semana pasada tumbó al Ontinyent, el tercer clasificado.