El ciclo de conferencias organizado por el Ayuntamiento de Castelló para explicar sus planes de normalizar el topónimo de la ciudad abordó ayer las denominaciones oficiales de l'Alcora y Almassora, dos municipios que aprobaron la única versión en valenciano con el visto bueno del equipo de gobierno y los partidos de la oposición. El PP en l'Alcora gobernaba en minoría cuando en 1995 se impulsó el actual nombre de la población. La iniciativa partió de Unitat del Poble Valencià. Los populares eran reticentes de inicio a abandonar la doble toponimia, pero luego rectificaron y asumieron la opción monolingüe.

El caso de l'Alcora guarda similitudes con Castelló. En primer lugar se trata de dos poblaciones cuya denominación en castellano y valenciano apenas tiene diferencias (l'Alcora era una 'l', y en Castelló es una 'n'). Luego, el PP alcorino se oponía inicialmente a normalizar el nombre solo en valenciano, tal como sucede con sus correligionarios de la capital de la Plana. No obstante, la situación política en l'Alcora era diferente en 1995 a la de la actual corporación de la capital. De 1995 a 1999 el PP ocupó la vara de mando municipal en minoría (seis ediles) con apoyos puntuales de los 7 regidores de PSPV, EU y UPV-Bloc. En ese contexto, UPV lanzó en 1995 una propuesta para oficializar el topónimo valenciano tras recuperarse en 1992 la doble denominación. En un primer pleno, las tres fuerzas de izquierdas consiguieron sacar adelante el inicio de los trámites con una mayoría simple. 5 de los 6 ediles populares votaron en contra y un se abstuvo. En ese momento, el PP apostó por el doble nombre en defensa de la convivencia del castellano y el valenciano. Al mes siguiente se celebró otra sesión plenaria donde el PP cambió de opinión y aceptó l'Alcora. Fuentes conocedoras de esa legislatura apuntan que lo hizo al depender para gobernar de los respaldos de las otras formaciones. Así, en dicho pleno, 12 de los 13 regidores votaron a favor de la opción de l'Alcora. Solo se opuso un0 de los seis ediles del PP. Esta misma correlación de fuerzas rechazó posteriormente las alegaciones presentadas.

El proceso seguido en l'Alcora fue explicado ayer por el profesor de la EPA Tirant lo Blanc de l'Alcora, Guillem Castany. El responsable municipal subrayó se tuvieron en cuenta razones etimológicas, la pertenencia de l'Alcora a un territorio de predominio valenciano y la función identificadora del topónimo.

L'Alcora presentó informes de Josep Lacreu y de Antonio Ferrando que ya se habían realizado para promover el doble topónimo en 1992, más otros estudios elaborados por Lluís Gimeno y Vicent Pitarch. El Consell de Eduardo Zaplana ratificó l'Alcora en 1996. El alcalde del PP era Francisco Javier Tomas, que 10 años más tarde abandonó la formación popular y se pasó a las filas de Coalición Valenciana.

Abstención del PP en Almassora

El segundo ponente fue el jefe del servicio de Dinamización Lingüística de Almassora, César Mateu, que expuso el procedimiento de normalización aprobado en el municipio almassorí. En este caso, el pleno municipal inició el expediente en septiembre de 2015 con los votos favorables del PSPV (seis concejales), Compromís (cinco), Se Puede Almassora (dos) y Ciudadanos (uno). Los siete regidores del PP se abstuvieron.

Mateu añadió que se encomendó informes al propio departamento de Dinamización Lingüística y a la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y resaltó que la ratificación del Consell tardó solo seis meses.

El Ayuntamiento de la capital de la Plana prevé comenzar la tipificación de Castelló en el pleno de este mes. Se abrirá entonces un periodo de alegaciones y demandarán estudios técnicos a la AVL y al experto Lluís Gimeno.

El equipo de gobierno de Castelló pone de ejemplo de estos dos municipios en un último intento de conseguir un cambio en el Partido Popular y Ciudadanos, un viraje que se antoja ahora complicado por el trasfondo político de Catalunya.