Suma y sigue. Los casos confirmados de sarampión no dejan de crecer en la Comunitat Valenciana: son ya 82 los notificados al sistema de vigilancia epidemiológica hasta la tercera semana de abril (60 ya confirmados) después de que se haya registrado un nuevo brote de la enfermedad, esta vez, en el Hospital General de Castelló.

Según fuentes de la Conselleria de Sanidad, el aumento de enfermos que se empezó a ver en el área de salud a partir de finales de marzo se debe a un brote detectado en el Hospital General de Castelló «en la semana 13 del año», que tiene por ahora 12 casos notificados y 11 confirmados.

Como en los anteriores, Salud Pública ha puesto en marcha el protocolo establecido para evitar la propagación de la enfermedad -altamente contagiosa- con medidas como el aislamiento en los casos sospechosos, la «localización y seguimiento» de las personas con las que el enfermo hubiera estado en contacto y la vacunación de todos aquellos que no estén debidamente protegidos contra el virus. Se trata de contener la expansión de la enfermedad que se intenta erradicar desde hace 15 años y que casi se logró en 2016 con solo 7 casos en la Comunitat Valenciana.

El brote del hospital de Castelló -desde donde explicaron que ya no hay ninguna persona hospitalizada- se une al registrado a principios de marzo en el Hospital de Manises (con 21 confirmados según los últimos datos) y al que se dio a finales de diciembre en Valencia ciudad todos por casos importados, es decir, la exposición a una persona con la enfermedad procedente de fuera.

Se trata de «ondas» de casos secundarios desde que en noviembre del año pasado se asistiera al «paciente 0»: una niña con sarampión de fuera de España. Las tasas de vacunación entre los niños españoles y valencianos son altas pero la exposición a estos casos importados (personas de otros países que traen la enfermedad) deja en evidencia los agujeros del sistema, ya sea los menores que no se han vacunado convenientemente pese al calendario establecido y generalizado desde los 80 con la triple vírica o los mayores que no hayan pasado la enfermedad ni se han vacunado después.

Hospitales, foco de infección

De hecho, este último brote (el tercero en cuatro meses) sigue las mismas pautas de los anteriores: se ha dado en un hospital.

Y es que, pese a las recomendaciones oficiales no todos los profesionales sanitarios están debidamente vacunados y la exposición directa al virus, altamente infeccioso, ha hecho que la mitad de todos los contagios hasta marzo se diera en el ambiente hospitalario ya fuera entre pacientes o acompañantes o trabajadores de los centros sanitarios y, sobre todo, en el área de Urgencias.

Así queda reflejado en el informe emitido a finales de marzo por el Servicio de Vigilancia y Control Epidemiológico de la Conselleria de Sanidad al que tuvo acceso Levante-EMV. En él se alertaba del aumento de casos y de la necesidad «urgente» de vacunar a todos el personal sanitario que no estuviera inmunizado para evitar que fueran una «fuente de infección» entre pacientes ingresados.

Salud Pública también reclamó que se tuviera más en cuenta en las consultas el diagnóstico de sarampión también para los mayores ya que 6 de cada 10 contagiados este año tiene entre25 y 44 años.