Los estancos ha sido un negocio doblemente castigado en la última década: por un lado, estos establecimientos han tenido que soportar, como el conjunto de la actividad empresarial, los rigores de la crisis económica que comenzó en 2008 y que recién acaba de repuntar; y, por otra parte, los efectos de la nueva legislación que limita el consumo de tabaco en espacios públicos y locales de hostelería. Ambos factores acarrearon una caída del negocio de este sector de alrededor del 50%.

Antes de la crisis, en 2007, los estancos de Castelló vendieron un total de 61.970.000 cajetillas de tabaco, y en 2017, es cifra se quedó en 30.900.000 cajetillas. Son datos facilitados por Arturo Bort, presidente de la Unión Provincial de Estanqueros de Castelló. «Han sido años difíciles en los que nos hemos tenido que limitar a sobrevivir» comenta Bort.

«Ahora el negocio comienza a repuntar. En Castelló, los datos acumulados de marzo de 2017 a marzo de este año recogen que la venta de unidades de cigarrillos ha subido un 2,96 % y el volumen del negocio en un 3,88%», explica.

Bort preside la junta de la entidad, que la integran otros cinco miembros más, desde 2000. No obstante, los orígenes de la entidad se remontan a finales de la década de lo s setenta del siglo pasado, cuando se constituyó la Federación estatal en la que está integrada. «Ahora contamos con 112 socios. En la provincia de Castelló hay 170 estancos, sólo los establecimientos de algunos pequeños pueblos no están incluidos», argumenta.

Arturo Bort comenta que el objetivo de la entidad que preside es básicamente ofrecer «asesoramiento jurídico, fiscal y sobre los cambios legislativos, tanto en el plano nacional como europeo, que afectan a nuestra actividad».

Bort relata que los peores años del sector coincidieron con la entrada en vigor de la ley de tabaco, que prohibe fumar en espacios públicos y en los locales de hostelería. «Las prohibiciones, más radicales que en otros países europeos, tuvieron una primera consecuencia con la caída de las ventas de cigarros (puros) para eventos como bodas y comuniones, que era nuestro principal mercado para este tipo de producto. Y en la actualidad, no se vende casi nada», razona.

El presidente de los estanqueros de la Provincia de Castelló destaca también los efectos de la crisis económica en el sector, explicitados en el incremento de las ventas del tabaco de picadura para liar en detrimento de las cajetillas. «La crisis económica hizo mucho daño. Bajaron las ventas del cigarrillo clásico, el paquete de tabaco, y aumentó bastante la picadura para liar porque es más económico para el consumidor», señala.

El perfil de consumidor del tabaco en Castelló es muy similar al del resto de España. «La mayoría son fumadores de cajetillas de tabaco rubio. El mercado del tabaco negro se reduce a unas o dos marcas y es mucho más pequeño», comenta Bort.

El estanquero subraya que junto a estos consumidores genéricos, los estancos de Castelló cuenta con un cliente tradicional, los amantes de los autóctonos y clásicos caliqueños, «prácticamente todos estancos ofrecen este producto», matiza.

Bort indica que, al igual que otro negocios, los estancos, al amparo de los nuevos cambios legislativos, también han diversificado su negocio y ampliado el abanico de su oferta de productos. «Se vende alcohol, vinos, carmelos chiles, etc. Todo ello como fuente adicional de ingresos».

El estanquero comenta que, en cambio, las nuevas tecnologías no han sido un revulsivo para el negocio, más bien al contrario. «Salvo en el apartado de recargas para móviles, se ha producido una obvia reducción de ventas de sellos, de sobre y papel del estado».

El presidente de los estanqueros de Castelló señala que el cigarrillo electrónico también tiene su mercado, «aunque todavía esta empezando». Bort apunta a una novedad que se va abriendo camino entre los consumidores de tabaco, el denominado tabaco en caliente.

Bort concluye que los últimos cambios de legislación han animado el sector. «Se están produciendo más operaciones de compra y venta de locales»

Y advierte del primer problema del sector: «La venta de tabaco ilegal. Es un fenómeno que se sigue produciendo, que nos afecta a nosotros y al consumidor, porque el producto no pasa los preceptivos controles sanitarios».