La Universidad para Mayores clausuró ayer el curso 2017-2018 con una ceremonia que se celebró en el Paranimf de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló. La rectora de la UJI, Eva Alcón, presidió este acto que contó también con la presencia de la vicerrectora de Estudios y Docencia, Isabel García Izquierdo, la directora académica de la Universidad para Mayores, Elsa González, representantes del Ayuntamiento de Castelló, del Consejo Social y la coordinadora del programa, Pilar Escuder.

La lección de clausura, con el título «La revolución genómica del ADN antiguo y el origen de los europeos», fue a cargo del profesor de Genética de la UJI, Conrado Martínez, quien explicó que se ha descubierto que los europeos descienden en gran parte de una población de la estepa rusa llamada cultura yamna que entró al continente hace unos 4.500 años. Así, el genoma de la península Ibérica es una herencia de esta cultura aproximadamente en un 33%, en un 45% de los puebles neolíticos que llegaron desde Anatolia y en un 22% del paleolítico. Además, si se estudia solamente el cromosoma «Y» los porcentajes son aproximadamente un 75% yamna, un 22% neolítico y un 3% paleolítico.

En su intervención, la rectora de la UJI afirmó que «dar respuesta a las demandas de formación de un colectivo tan importante como las personas mayores no es una opción, es una obligación que tenemos como universidad». Así mismo, destacó que gracias a este programa el campus de la UJI es más intergeneracional y que la Universidad para Mayores representa «muchos de los atributos de futuro que queremos para la UJI» dado que es un programa formativo incrustado en el territorio, que ayuda a vertebrar la presencia en las sedes, y al mismo tiempo proyecta a la Universidad hacia Europa, con su participación en proyectos y subvenciones. «Ser una universidad con proyección internacional es lo que queremos en esta nueva etapa rectoral que ahora comenzamos y la universidad para mayores tiene mucho que decir», apuntó Alcón.

Por su parte, la directora académica del programa destacó «la intensa labor de coordinación de las instituciones públicas en la consecución de un objetivo común favorecer un envejecimiento activo a través de la formación y la cultura de calidad».