¿Cómo valora la gestión de estos tres años de gobierno en Benicàssim?

Creo que este mandato está siendo especialmente positivo, por cuanto el trabajo realizado durante los últimos años, ahora ha obtenido sus frutos. En este mandato hemos conseguido no solo que la Generalitat nos pague la deuda que tenía con esta ciudad por Villa Elisa, sino que además, hemos conseguido que la Diputación apueste por rehabilitar la villa, con lo cual, la buena noticia ha sido doble. E igualmente ha sucedido con el CEAM y el tanatorio. Dos obras paralizadas y sin viabilidad inmediata, que ahora ven la luz gracias a nuestra capacidad reivindicativa. Y no solo eso, sino que, este será el mandato de la ciudad, porque van a quedarse encarrilados muchos proyectos para Benicàssim.

¿Y cómo está siendo gobernar en minoría?

Es un saludable ejercicio de diálogo que debería siempre realizarse, tanto si se gobierna en minoría como sino. Los ciudadanos merecen que se escuche y atienda a todas las opiniones; solo de esa manera, las soluciones que se aporten desde el ayuntamiento, serán más plurales y mejores para todos. Espero que este ejemplo de democracia persista en el tiempo y siempre se aborde el gobierno de forma abierta y participativa.

¿Qué tal el trabajo con ARB en el equipo de gobierno?

Muy positivo. Cuando un concejal tiene ganas de trabajar por su pueblo, se nota y hay que dejar que lo haga. De hecho, a mi me hubiera gustado poder incorporar a otros grupos también al gobierno. Creo que la suma, siempre es positiva y debemos tener un talante abierto y generoso para incorporar a los gobiernos a lo que de verdad tengan ganas de trabajar por su municipio.

¿En qué ha cambiado Benicàssim durante estos tres años?

En mucho y todo positivo. Hemos visto despegar la economía. Se están abriendo hoteles, restaurantes, comercios. Han llegado nuevos grandes eventos y festivales. Pero además, en la gestión municipal está siendo verdaderamente fructífero. La buena salud de la economía municipal nos está permitiendo invertir en mejoras urbanas del municipio, del orden de 3 millones de euros al año y eso en la ciudad se nota. El plan de eficiencia energética, para renovar el alumbrado, el plan de mejora urbana, con la renovación de pavimentos y aceras, nos está permitiendo, poco a poco, mejorar la calidad de las calles y los servicios públicos. Y, además, sacar adelante proyectos importantes como el puente sobre el barranco de Farja o la ejecución, por fin, de la prolongación de la CV-149.

Por último, ¿cómo valora el trabajo de la oposición?

La oposición ofrece un sabor agridulce. Por un lado, hay temas, de carácter global y que afectan a todos los ciudadanos, en los que arriman el hombro y han trabajado por conseguir lo que Benicàssim merece. Pero ahora, estamos ya en período electoral y se nota. La crítica por la crítica. La oposición debe ser trabajadora y constructiva, y todos no lo son.