El Villarreal tendrá muchas cosas que decidir en los próximos días. Al menos en lo referente a su primer filial y en la confección de la plantilla para la campaña en curso, la 2018-19. Se propuso el club que, para que este equipo pudiera suministrar futbolistas durante la temporada sin correr el riesgo de que en caso de jugar un minuto no pudieran regresar al filial, el 90 % del plantel estuviese compuesto por jugadores sub-23. Así fue la temporada pasada en la que sólo Adrià Dalmau (24) y Rubén Mesa (26), no reunían ese requisito. Así que en muchos casos se les buscará una salida, o una cesión a equipos de Primera o Segunda División.

Para la presente temporada, y teniendo en cuenta que prácticamente todo el bloque tiene contrato en vigor, el Villarreal B cuenta en estos momentos con once futbolistas que tiene 23 o más años, y no reúnen para este curso liguero la condición de sub-23. Mientras, nueve sí que lo reúnen y podrían alternar el primer equipo con el segundo. Es el caso del portero Diego Fuoli; los defensas Pau Francisco Torres y Enric Franquesa; los mediocentros Ramiro Guerra, Manu Morlanes, Víctor Moya Chuca y Samuel Chukwueze, así como los delanteros Simón Moreno y Darío Poveda.

Pierden su condición de sub-23 el portero Joan Femenias; los defensas Juan Ibiza, Miguelón Llambrich, Xavi Quintillà, Roger Riera y Ramón Bueno; los mediocentros Cristian Cedrés, Imanol García, Pedro Martínez y Leo Suárez; y el delantero Rubén Mesa. Cabe destacar que hace diez días se marchó el ariete Adrià Dalmau al Heracles de la Primera División de Holanda, y el viernes Ander Cantero se fue cedido al Rayo Majadahonda, de Segunda División. El día 16 el Villarreal B regresa a los entrenamientos de la mano del técnico Miguel Álvarez y sobre la marcha se irá dando salida a los futbolistas que no vayan a jugar con el filial.