Una voz de mujer, fuerte y clara, nos coge el teléfono. Hablamos con Mapi, una de las cuatro mediadoras del nadador Jorge España. Mapi se encarga del entrenamiento de la mañana, pero también dedica mucho tiempo a estrechar su relación con él: «Jorge y yo somos compañeros. La relación y comunicación para él es vital y hay que trabajarla como prioridad». Mapi es directora técnica de salvamento deportivo. Nos concede la entrevista estando con Jorge a su lado.

Por su condición de sordoceguera, Jorge necesita de mediadores que estén presentes en su entrenamiento, pero también en otros aspectos de su vida. «Aunque está muy estimulado gracias a su madre, quien le ha sacado adelante, precisa de una guía que le enseñe a comunicarse con su entorno y poder entenderlo», nos comenta la deportista, que insiste en que «aparte de no ver ni oír, él está perfectamente». «Su madre siempre se ha volcado en mejorar su situación y ha conseguido que su cuerpo no esté totalmente encogido, como el de la mayoría de los que viven con esta diversidad funcional», defiende.

El tema del dolor es muy delicado para él, relata la mediadora ya que no tiene forma de expresar qué le ocurre. Pero con humor añade que «se cura mucho en salud, si siente que algo puede ir mal o no puede más se para y no hay quien le mueva».

Lo que más desea Jorge es la felicidad de sus familiares y de sus mediadores. «Al fin y al cabo es con quien pasa todo su tiempo y lo que percibe de nosotros es lo que le llega del mundo, cuanto mejor estamos nosotros mejor está él», indica.

En cuanto a las competiciones, su mentora explica que la preparación y el entrenamiento lo son todo para ellos. «Para el entrenamiento nos medimos con tiempos», describe. «Si a la semana cumple con un elevado número de horas, nos turnamos al final para intercalar juegos y otras actividades de ocio que también le estimulen». Pero puntualiza que sin necesidad de juegos «él se lo pasa genial en el agua, es su punto fuerte y le encanta».

La mentora explica la exigente dinámica de la rutina en el entrenamiento:«A la hora de la instrucción utilizamos dos piscinas, una de 25 metros y otra de 50, pero nunca entrenamos en el mar». Con dos carreras a mar abierto a sus espaldas, nos asalta una pregunta: ¿Cómo entiende lo que es el mar y las diferencias que supone con respecto a una piscina si no entrena ahí y no comprende los conceptos? «Para él no hay mucha diferencia», entre risas nos cuenta cómo le hizo entender por primera vez que el mar no era una piscina: «Con mucho cariño le regalé una ahogadilla con toda mi fuerza. Quería que notara que a pesar de empujarle más fuerte que otras veces, no iba a encontrar el fondo de una piscina».

Mediante el lenguaje de signos apoyado, se le hace entender que en el mar va a hacer algo emocionante e importante. Él sabe que este sábado nadó para una ocasión especial rodeado de seres queridos y de gente que le apoya por lo que está haciendo.

Aunque Jorge nada perfectamente con un estilo de crol adaptado, Mapi confiesa que su objetivo es estar siempre en mejor condición física que él. «Si le fallan las fuerzas o siente dolor por cualquier motivo yo tengo que estar bien para los dos». Pero no solo esto le insta a tener una preparación física superior: «Jorge se fija mucho en mí durante el día, en el latido de mi corazón o el temblor de mi voz, pero especialmente si se siente inseguro, por eso no solo tengo que aparentar que estoy bien y fuerte, sino estarlo de verdad». Para acabar, emocionada, nos cuenta que Jorge es un ejemplo de persona y que tiene una gran ventaja: carece de miedo. La primera vez que le llevaron al mar, se encontraron con una medusa que le picó. «Le enganché a mi cintura y le cargué para alejarnos de allí lo antes posible. Yo me asusté, pero él me ayudó con su tranquilidad y confianza en mí. Es un luchador y nuestra próxima meta es lograr el triatlón».

La fuerza de Apascide

«La madre de Jorge creó la Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera (Apascide)». Mapi afirma que «darle visibilidad a Jorge es dársela a todo el colectivo y a sus familias». «Todavía hay mucho por hacer», añade, pero una de las principales denuncias de la asociación se centra en la ausencia de centros para mayores y de categorías deportivas para los que comparten esta diversidad funcional.