Jordi Marenyà se despidió ayer con una carta en las redes sociales donde acabó diciendo que «espero que nuestro camino, que ahora se separa, se vuelva a cruzar en un futuro». Con pena se marcha el capitán albinegro del CD Castellón. En la misiva reconoció que «ha llegado el momento de despedirme. No me lo esperaba, al menos no de la forma en la que ha sucedido».

Reconoció que durante estos años de albinegro «han pasado muchas cosas, más malas que buenas. Pese a ello, el apoyo incansable de la afición ha sido imprescindible», y destacó que el ascenso costó mucho. «Pero valió la pena sólo por vivir un ascenso y experimentar esa sensación y felicidad que no se puede explicar con palabras».

Marenyà se marcha dando mil gracias. «A mis compañeros y al cuerpo técnico por haber hecho realidad este ascenso, y a la todos los jugadores que antes lo intentaron sin fortuna. Ha sido un orgullo vestir esta camiseta y llevar este brazalete», finalizó el excapitán del CD Castellón.

Marenyà llegó al Castellón en edad cadete. Jugó 197 partidos oficiales repartidos entre Segunda, Segunda B y Tercera. Fue pieza clave en el reciente ascenso de categoría.