Noticia trágica que ocupó muchas páginas, y durante muchos días, en Levante de Castelló: nueve personas murieron calcinadas tras ser arrollados sus vehículos por un camión en la N-340, ya en el término municipal de Benicàssim. Además, el accidente ocasionó heridas otras cinco personas, que fueron ingresadas en el Hospital General de Castelló y dadas de alta solo un día después; y solo dos, de los vehículos siniestrados, salieron ilesas del trágico suceso.

El accidente ocurrió sobre las 13 horas del 12 de julio de 1993. Se cumple, por lo tanto, un cuarto de siglo del trágico suceso, y tuvo lugar, exactamente, en el kilómetro 985,5 de la N-340. Un camión cargado de fruta chocó contra seis turismos y una furgoneta que estaban estacionados en la carretera por las obras de limpieza de arcenes que se estaban llevando a cabo. El accidente provocó un incendio y los ocupantes de los seis vehículos quedaron atrapados, sin poder salir de los coches y salva sus vidas. Entre los fallecidos, cinco eran miembros de dos familias de Bilbao que pasaba sus vacaciones de verano en la costa castellonense.

Además, hay que señalar que entre las víctimas mortales se encontraba un niño de siete meses y otro de 3 años.

Y aunque hubo críticas por realizar obras de mantenimiento en las fechas estivales, que es cuando más tráfico hay, el entonces gobernador civil, Rafael García de la Riva, aseguró que la causa más razonable del accidente era !la inadecuada velocidad» del camión, cuyo conductor salió ileso del accidente.