Escribo este artículo estando a miles de kilómetros de Castelló. Pese a estar lejos de casa, uno no quiere perderse lo que ocurre tanto en su ciudad como en su país. Una vez puse rumbo a Estados Unidos se confirmaba una noticia que me llenó de orgullo y que demostraba que el cambio de Gobierno en España era real y que demostramos que somos un país solidario, acoger el Aquarius era vital, nunca se puede abandonar a la gente que abandona su país en busca de una oportunidad. Por contra, aquí en Estados Unidos pasó todo lo contrario, las políticas migratorias gobierno de Donald Trump separó a más de 2000 niños y niñas de sus padres, algo que va totalmente en contra de la ética y de la moralidad. La sociedad estadounidense en mayor medida rechazó esta nueva «hazaña» de Trump, pero sin duda alguna me quedo con la portada de la revista Time titulada 'Welcome to America' en la que aparece una niña llorando mirando a Trump. No podía evitar hacer la comparación; con esta clase de gestos son las que tenemos que sacar la bandera y sentirnos orgullosos de ser españoles.

En apenas dos meses, la situación política en nuestro país ha dado un giro de 360º. Tras la moción de censura, el PP parece haber cambiado el chip ya que por primera vez en su historia se les está permitiendo a sus militantes poder elegir a su Presidente Nacional (ya era hora). Al mismo tiempo me sorprende que de los 865.000 militantes que tenía el PP en 2013 (según sus fuentes oficiales) en apenas 5 años esta cifra haya bajado hasta los 66.384; cifra que si la comparamos con los resultados de las primarias del PSOE es menor a los apoyos que recibió en su momento Pedro Sánchez, que fueron 74.805 votos.

La historia de las primarias del PP no acaba con las votaciones pasadas, ya que ahora en su congreso deben decidir quien será su próximo Presidente. Así pues, la guerra interna continúa, igual ahora la que se tendrá que tomar los paracetamoles será Sáenz de Santamaría y no Pedro Sánchez como se acabe confirmando que la alianza Cospedal- Casado salga ganadora. El cambio de Gobierno parece ser que le a abierto los ojos al PPCV, ya que ahora piden mejoras en los cercanías de la Comunitat Valenciana, tras vender que teníamos un buen sistema de cercanías y buenas infraestructuras, tras engañarnos con un AVE low-cost que lo único que ha creado ha sido más problemas, ese AVE que tiene que tiene que llevar a sus pasajeros en autobús, ese AVE de primera... Por favor, dejen de tomarle el pelo a los valencianos, nosotros no tenemos la culpa de la parálisis política del Gobierno de Rajoy durante los últimos 7 años. Ahora, tan sólo faltaría que también se quejasen del se quejen del sistema de financiación, que hasta hace 2 meses era fantástico, veremos...

Estos contrastes también los tenemos en Castelló, en los que la portavoz del PP, Begoña Carrasco, sigue alarmando a la ciudadanía con el IBI, donde el coeficiente ha bajado del 0,85% al 0,69%, siendo Castelló la tercera ciudad española que más ha bajado este impuesto. Sorprende y mucho que utilicen el engaño para esconder la realidad, que es que los castellonenses han pagado menos IBI en 2018. Hay que recordar que el PP se opuso en 3 ocasiones a bajar el tipo del IBI, pero cuando se vive del engaño, sólo pueden pasar estas cosas.

El equipo de gobierno de Castelló encabezado por Amparo Marco gobierna con trasparencia, por y para la ciudadanía, pero todos sabemos que ni al PP ni a Ciudadanos les gusta este tipo de gobierno, porque no entienden la diferencia entre lo justo y lo injusto. No merece la pena contar la cantidad de barbaridades a las que los primeros han sometido a la ciudad de Castelló y a su ayuntamiento durante 24 años, porque no acabaría nunca.

Si quieren que les de un consejo, dejen de emplear el término «constructiva», que es así como califican su propia oposición, que según la RAE significa: '»Que construye o sirve para construir, por oposición a lo que destruye». Una oposición que utiliza la crispación como arma arrojadiza nunca se puede calificar como constructiva, en todo caso sería destructiva, de modo que si de verdad les importa Castelló, sean más coherentes.