Los hoteleros avalan la decisión de la Generalitat Valenciana de asumir en solitario la gestión del aeropuerto de Castelló, a través de la empresa pública Aerocas, a finales de 2019 cuando está prevista la resolución del contrato con el gestor privado, el grupo francés Edeis.

El anunció del control de la instalación por parte del Consell lo confirmó el viernes su presidente, Ximo Puig, durante una visita al aeródromo castellonense. El Consell opta por esta solución al no aceptar las nuevas exigencias económicas de Edeis por falta de negocio y pactar una salida del inversor privado sin indemnización complementaria. El contrato está vigente desde 2014 y expiraba en 2034. El grupo francés ha cobrado ya 17,5 millones de los 24,5 del monto global.

El empresario hotelero Javier Gallego, presidente del «Club Producto Turístico» [lobby empresarial que aglutina el 80 % de camas hoteleras de la provincia], señala que, tras constatar las diferencias, económicas y estratégicas, entre Aerocas y el grupo francés, «lo razonable es que la Generalitat asuma su gestión», precisa. «Y si lo hace tiene que ser para potenciar el desarrollo turístico de la provincia», añade Gallego. El empresario, a su vez, miembro del consejo de Administración y la comisión ejecutiva de Aerocas, duda de que Aena integre finalmente al aeropuerto de Castelló y sí esto es así finalmente de la absorción tenga más ventajas que inconvenientes, «al menos para los interés turísticos de la provincia».

Gallego asegura que, dada su doble condición de hotelero y miembro del consejo de Aerocas, era consciente de la situación y la disparidad de criterios con Edeis. «Desde el plano empresarial, mi posición es conocida», dice. «Hace tiempo que dije que había una divergencia de objetivos, no solo por una cuestión económica, sino de estrategia», explica. «Ellos [Edeis] querían aterrizajes de aviones, pero a mí, en calidad de hotelero, un avión de carga no me dice nada. Ademas, a ellos, como grupo inversor, no les interesa las inversiones a medio y largo plazo, sino la rentabilidad a corto plazo. Pero nosotros queremos una instalación estable, solvente y que nos ayude al desarrollo turístico», asevera. «Era una cuestión de ritmos. Por decirlo gráficamente, ellos querían bailar rock y nosotros un val», explica.

Gallego insiste en cuál fue objetivo primario del aeropuerto: «Al margen de megalomanías, siempre ha sido una instalación de soporte al desarrollo turístico. El aeropuerto tiene que ser turístico y si, además, hay otras actividades complementarias, mejor».

Sintonía y colaboración

Sobre la posibilidad de que Aena absorba al aeropuerto, Gallego dijo: «En primer lugar soy escéptico ante esa posibilidad, pero no es un dato, sino una percepción. Si Aena lo acoge, estupendo. Pero hasta la fecha, con la Generalitat y la Agencia Valenciana de Turismo hay sintonía de objetivos y enormes posibilidades colaboración. Con Aena nuestro papel sería mucho menos relevante.Lo que se puede ganar por un lado, en el plano de imagen y conexión con otros aeropuertos, quizás lo perderíamos en el apartado del diálogo y la flexibilidad», argumenta.

«Un aeropuerto de estas características tiene que tener flexibilidad y adaptabilidad, que con la gestión directa de la Generalitat la tenemos garantizada, con Aena no lo sé. Si lo lleva Aena y no estimula el turismo a mí, como hotelero no me sirve», concluye Javier Gallego.