Unos 700 jóvenes de alrededor de 40 garitos de Segorbe participaron ayer en lo que ya se ha convertido en una tradición de los lunes a mediodía: el pasacalle de garitos y el posterior chupinazo, organizado por las peñas Garito Almudín y los Carpicas. Todo un acontecimiento con el que los jóvenes segorbinos dan su particular pistoletazo de salida a la semana taurina por excelencia. Fiesta, música, bebida y mucha, mucha diversión es de lo que los asistentes pudieron disfrutar, un año más en el Chupinazo de 2018. Este año, el garito encargado de leer el discurso de bienvenida a las fiestas fue «Nunca Caminamos Sobrios».

Y es que, a pesar de la lluvia intermitente que durante toda la jornada hizo acto de presencia en Segorbe, los jóvenes no quisieron dejar pasar esta ocasión donde un sinfín de peñistas se citaron a las nueve de la mañana para comenzar el almuerzo de hermandad. A las 11 horas, los garitos hicieron su particular desfile por las calles de la ciudad para, a las 12.30 horas, llegar con la charanga hasta la plaza del Almudín. A la llegada a la plaza del Almudín, el disparo del cohete desató la locura entre los gritos, bailes y lanzamiento de bebidas al aire para disfrutar de una larga jornada de fiesta.