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La población de Castelló se estancará hasta 2033 y se situará en los 570.132 habitantes

La proyección del INE para los próximos 15 años advierte que habrá 21.349 niños menos y 39.960 jubilados más

Hasta estallar la crisis, Castelló era tradicionalmente una provincia atractiva para todo aquel que buscaba un trabajo o simplemente deseaba cambiar de aires. El empleo abundaba, con salarios relativamente elevados para el nivel de vida que había tanto en la costa como en el interior. Esa percepción, generalizada entre los españoles y extranjeros, propició incrementos considerables de población. De hecho, la capital de La Plana llegó a acumular 181.491 empadronados en 2012, situándose al mismo nivel que otras ciudades tan emblemáticas y conocidas como San Sebastián, por ejemplo, con 186.409 residentes.

Aquel crecimiento demográfico tocó techo y, como consecuencia del declive de los sectores económicos, abrió una interminable etapa de retroceso. La pérdida de moradores ha ido caracterizando las estadísticas anuales desde 2013. Y esa tendencia marcará el devenir de los próximos 15 años, atendiendo a la proyección del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para el periodo 2018-2033. No obstante, advierte que no constituye una predicción, en el sentido de que no tienen como objetivo determinar cuál será la evolución más probable.

Según el estudio del INE, la población de la provincia sufrirá un estancamiento. Es cierto que no seguirá produciéndose un descenso de habitantes, pero tampoco habrá una recuperación que recuerde los tiempos de bonanza, en los que el número de residentes llegó a superar los 600.000 (entre 2009 y 2013).

El INE contempla que Castelló, en el conjunto de sus comarcas, tendrá 570.132 moradores en 2033 frente a los actuales 569.556. Más llamativo serán los registros a propósito de los menores de 16 años y los mayores de 65.

Dentro de 15 años habrá 21.349 niños menos, mientras que la cifra de personas en edad de jubilación, entre los 65 y 100 (o más años), aumentará en 40.000 en relación a la cantidad que recoge el INE para 2018.

Así, de los 93.941 menores de 16 años se pasará a los 72.592 en 2033. Por lo que respecta a los mayores de 65 años, la fotografía de envejecimiento de la población castellonense será notable; de los 109.418, a los próximos 149.378.

En este escenario que dibuja el INE, tampoco resultará extraño un desequilibrio en la balanza entre nacimientos y defunciones. Los fallecimientos, con 5.877, rebasarán los alumbramientos (4.458).

La esperanza de vida de los castellonenses crecerá dos años en tres lustros. Los hombres que nazcan en el año 2033 vivirán de media hasta los 82,4 años y las mujeres hasta los 87.

En términos autonómicos, el censo se incrementará. La causa estribará en las migraciones. Entre 2018 y 2033 se prevé que lleguen a la Comunitat 1,8 millones de inmigrantes, mientras que desde el territorio valenciano emigrarán 1,3 millones. Esto quiere decir que los flujos migratorios aportarán hasta 429.000 personas. Un aumento que, tras compensar la pérdida de 138.000 habitantes menos por un saldo vegetativo negativo (más muertes que nacimientos), hará que la población aumente en más de 290.000 vecinos.

Esa progresión al alza se dará exclusivamente en las provincias de València y Alicante. En Castelló apenas habrá cambios significativos. Más allá de los nacimientos y defunciones, la diferencia entre los inmigrantes y emigrantes tendrá un carácter testimonial. La proyección de población del INE recoge que llegarán 12.261 foráneos y que 11.482 castellonenses se marcharán a otras provincias o al extranjero para proseguir con sus vidas, bien por cuestiones profesionales, educativas o de cualquier otra índole.

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