La creación de la Residencia Sanitaria de la Seguridad Social (actual Hospital General) de Castelló el año 1967 constituyó un hito en la asistencia sanitaria moderna, quedando atrás las antiguas consultas que desempeñaron un precario papel durante tantos años. La Residencia Sanitaria representaba una manera nueva de entender la medicina pública con más medios, tecnología avanzada, equipos de profesionales en todos los campos y especialidades, funcionamiento más eficaz con mejores resultados que abrieron nuevas expectativas de objetivos más amplios y duraderos como se ha demostrado en los tiempos actuales.

Los profesionales de la medicina, algunos llegados des de Madrid, otros de nuestra capital y su provincia cubrieron sus respectivos puestos y funciones e iniciaron sus responsabilidades médicas en el nuevo centro.

Pero la renovación y modernización también había de llegar a la enfermería. En Castelló no había ningún centro de formación de la Seguridad Social i los futuros profesionales tenían que irse fuera de Castelló, a la Universidad de Valencia, por ejemplo o a otros centros educativos a estudiar. Hasta ese momento el personal de enfermería estaba constituido por 34 enfermeras formadas evidentemente fuera de Castelló y por 10 religiosas (monjas), una proporción parecida a la del resto de España, las cuales poco a poco irían desapareciendo de acuerdo con los nuevos tiempos, pero que de momento tenían su peso en cada servicio. También hay que pensar que la experiencia de las monjas religiosas se había curtido en hospitales públicos de caridad, centros diversos de beneficencia, clínicas privadas, y otros ya que el régimen franquista por razones ideológicas dejó en manos de la iglesia la gestión de este tipo de centros y servicios .

Por tanto la creación de las escuelas de enfermería en Castelló significaba un adelanto social, una modernización del sistema sanitario de asistencia, por su carácter profesional, civil, académico, que auguraba la entrada en una nueva época. Aquella era una enseñanza científica, para la cual habían superado una prueba de ingreso y tener el título de bachillerato elemental, organizada en cursos, asignaturas, estudio y dedicación junto a las prácticas realizadas en el mismo centro hospitalario en las diferentes especialidades supervisadas por profesionales de la medicina.

El hecho de que la primera promoción de la Escuela de enfermeras que ahora cumple 50 años, la formaran quince estudiantes mujeres, es un hecho significativo por el cual aun se arrastraban usos y costumbres de los viejos tiempos, sobre todo de la negativa a la coeducación, el «pavoroso problema de la coeducación», -que decían los educadores franquistas- pero eso era una de sus señas de identidad. Siguiendo este planteamiento en los mismos años en la Facultad de Medicina de València funcionaba una escuela para enfermeras y otra, separada, para enfermeros. En realidad la noticia que recoge el periódico Mediterráneo del 19-X-1968 habla de Escuela de enfermeras, no de enfermería, igual que las palabras de inauguración del gobernador civil y de los demás que intervinieron en el acto.

Nuevos métodos

Sin embargo el ingreso de aquellas quince enfermeras (Algueró Ramos, Mª Carmen; Alonso Pérez, Eloisa; Besé Barrachina,Teresa; Bort Casanova, Tica; Clausell Selma, Marisa; Fabregat Benages, Fina; García Baños, Mª Dolores; Giménez Cerezo, Mª Luisa; Mas Chust, Rosa; Navarro Pérez, Celia; Parras Martínez, Esperanza; Patuel Sidro, Mª Dolores; Ramia Arrufat, Mª Teresa; Ramos Almela, Mª Carmen; Viciano Bellmunt, Mª Carmen) que ahora celebramos, supuso una novedad en la enseñanza de la enfermería en Castelló, consiguiendo todas ellas el título de Ayudante Técnico Sanitario (ATS), profesionales llegadas de la enseñanza oficial, que al acabar los estudios se incorporaron casi todas ellas al hospital recién inaugurado adaptándose a los nuevos métodos y técnicas con indudable vocación y eficacia.

Aunque las quince alumnas empezaron los estudios y las correspondientes prácticas a principios de octubre, el acto oficial de inauguración del curso se celebró el viernes 18 de octubre a las 12 de la mañana siendo presidido por el gobernador civil y Jefe provincial del Movimiento, el «camarada» Fernando Pérez de Sevilla, al que acompañaban en la mesa presidencial, Federico de Brugada presidente del Instituto Nacional de Previsión y su director Manuel Aldeanueva. El director de la Residencia Sanitaria y del curso Dr. Félix Ruiz.

Asimismo el delegado provincial de trabajo Luis Burguera, el alcalde de la ciudad Francisco Rangel, el jefe de servicios sanitarios de la Seguridad Social Juan del Olmo, la delegada de la Sección Femenina de Falange Pepita Sancho, el reverendo Jaime Freixes, capellán del centro y el Dr. Vicente Belloch, catedrático de Terapéutica Física de la Facultad de Medicina de València, de la cual dependía académicamente la Escuela de enfermería que ahora se inauguraba y que ha seguido dependiendo hasta ahora.

En los discursos de las diferentes autoridades, el director del curso Dr. Felix Ruiz, hizo hincapié en que en el mismo día de la inauguración ya se necesitaban más camas y en un futuro próximo más enfermeras, mientras que el Jefe de Servicios sanitarios, el Director del INP y el Gobernador civil, que cerró el acto, hablaron de las bondades del sistema y sus realizaciones con palabras previsibles.

Al acto asistieron otras autoridades, los padres de las alumnas y las propias alumnas uniformadas que estaban en régimen de internado, en el cual como curiosidad solo tenían libre el jueves por la tarde hasta las 10 de la noche y el fin de semana si no tenían servicio de guardia. La enfermera jefe de la Escuela y del internado era Leo Ayuso del Pozo, procedente de hospitales de Madrid (La Paz, Puerta de Hierro).

En la formación académica y profesional de estas enfermeras influyeron decisivamente los profesores médicos que impartieron las diferentes asignaturas en los tres cursos que se sucedieron: Albella Redó, F. (urología); Calvo (cirugía); Cros Juan, A. ( Traumatología); Fabregat de Francia, J. (otorrino); García Montes (oftalmología); Martin Arias (hematología) Martínez, A. (Análisis Clínicos);Martínez Urrea, J.Mª (medicina interna); Ripollés Vilar V. (digestivo); Rozas, A. (ginecología); Simón Marco, E. (cardiología), entre otros.

Este mes que se cumplen 50 años de aquel evento académico médico no podemos dejar de subrayar que aquellas previsiones de que hablaba el director del curso se han multiplicado con la ampliación del hospital y del personal sanitario, trabajando por atender la Seguridad Social las necesidades de la nueva sociedad.