Son las 10 de la mañana y el local situado en la calle Oliveres número 3 de Benicàssim acoge una gran actividad con el único objetivo de ayudar al más necesitado. Ese espacio está ocupado por los voluntarios de la Sociedad de San Vicente de Paúl que acuden cada día a realizar una gran labor social: ayudar al prójimo.

Así, las mujeres se afanan por atender a los vecinos que acuden al ropero en busca de ropa de abrigo y diferentes enseres por los que abonarán una cantidad de dinero simbólica. Y al mismo tiempo, los hombres trabajan en la zona donde están los alimentos que repartirán de forma periódico a los más necesitados. Estas son dos de las principales actividades que realiza la entidad y a las que se les suma la atención a transeúntes, el aula de apoyo escolar así como un taller de cocina y otro de corte y confección. Unas actividades que como explica el presidente de la entidad Tomás Guinot, son gratuitas. Asimismo, además de alimentos, San Vicente de Paúl también ayuda a afrontar los recibos de luz, agua y gas. Unas ayudas que se gestionan codo con codo con los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Benicàssim.

En este momento, la agrupación solidaria atiende de manera periódica a más de 110 personas que están en situación precaria, además de los transeúntes que solicitan también diversas ayudas.

Y este trabajo solidario es posible gracias a los cerca de 20 voluntarios que ofrecen su ayuda. Además del inestimable trabajo de todos ellos, la Sociedad San Vicente de Paúl se financia gracias a la aportación económica del Ayuntamiento de Benicàssim, empresas de la localidad y la Obra Social la Caixa, quien ayuda a la organización en la adquisición del material escolar necesario, la atención de aseo personal y la merienda diaria. Asimismo, los eventos organizados por la propia sociedad como chocolatadas, almuerzos y meriendas solidarias y los donativos procedentes de personas particulares, sirven de gran ayuda para esta entidad social.

En cuanto a los alimentos que la asociación reparte cada 15 días a los más necesitados, los paquetes contienen leche, aceite, azúcar, harina, judías y menestra en conserva, pasta, arroz, legumbres, galletas y carne de pollo, entre otros. Parte de estos elementos son recibidos por parte del Banco de Alimento. Asimismo, cada dos o tres meses reparten gel y detergente para lavadora «aunque nosotros también podemos lavar la ropa a quien lo necesite», añade Guinot.

Fundada en 1849

La Sociedad San Vicente Paúl cuenta con una amplia trayectoria. Esta se fundó en España en el año 1849 y fue declarada de utilidad pública en 1972. Fue en el 2005 cuando la organización fundó la sede en el municipio de Benicàssim.

Como recuerda su presidente, «la entidad comenzó en la casa del párroco y en los bajos la gente acudió para donar comida y ropa y se llevaba a los más necesitados». Fue el párroco Uno quien inició la trayectoria de San Vicente de Paúl en Benicàssim y hace ya once años, el consistorio puso a disposición de la entidad un bajo situado en la calle Santa Águeda, y en la actualidad es el local que acoge las clases de apoyo escolar así como los talleres de cocina y de corte y confección.

En cuanto al local de la calle Oliveres, el pasado mes de julio la entidad tuvo que enfrentarse en un juicio a la entidad financiera que insistía con desahuciarles del local arrendado. Pero finalmente se les reconoció el contrato de alquiler y la entidad puede seguir realizando esta gran labor social en Benicàssim.