En la ruta propuesta este domingo nos vamos hacia un camino poco transitado para una localidad muy aficionada al senderismo y a las rutas de montaña como la Vall d'Uixó. En esta ruta, a pesar del poco conocimiento que se tiene de ella, encontraremos vestigios históricos, ejemplos de vegetación típica local y mediterránea, y huellas etnográficas notables e importantes. La ruta que caminaremos transita por las partidas de Campoy y Torrassa y una de las ventajas que tiene es que empieza y termina dentro de la localidad, concretamente en el mismo punto del barrio Toledo. Otra de las características por las que merece la pena realizarla es por su baja dificultad, ya que se trata de una ruta con poco desnivel, siempre sin abandonar la senda y con una longitud de a penas 4,5km. ¡En menos de dos horas estamos de vuelta!

Empezaremos en la calle San Agustín, al final de la cual nace una pista de montaña señalizada con el nombre de la ruta que vamos a hacer SL14 así como las marcas que señalan el camino y que empezaremos a transitar cruzando muy pronto el barranco de Font de Cabres, en el que todavía se practica el pastoreo, y topándonos con la primera construcción de las que encontraremos por el camino. Se trata de las minas de Campoy , así como su lavadero y su molino. Las minas terminaron su actividad a principios del siglo XX por agotamiento de la veta de galena argentífera y hierro, pero impacta la construcción del molino, así como las llamadas mesas durmientes, balsas en las cuales se separaba el mineral de la ganga mediante decantación. En el mismo recinto impresiona el magnífico ejemplar de algarrobo más grande de la comarca, con seis metros de perímetro y un tronco que no podremos abrazar por su grosor.

Si seguimos la pista, pasaremos paralelos a la carretera que da acceso a la ciudad hasta llegar a la antigua pista de karts. Deteniéndonos en este punto en concreto, podemos ver los neumáticos que dibujan la antigua pista y que tanto mal hacen por su material al recinto natural que limita con la carretera. Caminaremos por la pista paralela a la carretera hasta llegar a unos huertos de naranjos en los que encontraremos la marca verdiblanca que nos indica dónde tendremos que girar a la izquierda. De pronto nos encontramos con otra construcción. Esta torre es la que da nombre a la partida en la que nos encontramos. Se trata de la Torrassa, una antigua torre vigía de época islámica (siglo XII). Adjunto a sus muros encontramos un viejo aljibe cuyas aguas saciaban la sed de los vigías de la torre. Las vistas de la localidad y de toda la comarca nos indican el por qué de la ubicación de la torre, ya que desde este punto vemos toda la Plana.

Continuaremos en sentido recto hasta encontrar una pequeña senda que nos conducirá hasta el colmo de la Torrassa, y nos encontraremos con una doble señal del SL14 en dos sentidos: ida, y vuelta. Si caminamos hacia la ida, llegaremos hasta la cima de esta colina, en la cual encontramos señales de uno de los últimos capítulos de nuestra historia. La trinchera de la guerra civil que aquí encontramos se encuentra en un estado de conservación muy bueno, con unas paredes en perfecto estado, aunque llena de piedras y tierra. Llama la atención su construcción en zigzag y se puede observar los ladrillos bajo el cemento que se utilizaron para su factura.

Tras la visita a la cima de la colina, daremos la vuelta para llegar hasta la doble señal que antes nombramos y emprenderemos el camino hacia el sentido de la vuelta, para hacer un camino circular. Muy cerca encontraremos la ermita de Sant Roc. Una construcción actual sin ningún valor estético y mucho menos histórico que nos servirá como señal para llegar de nuevo a la pista paralela a la carretera en la que volveremos sobre nuestros pasos hasta llegar de nuevo a la calle San Agustín, de nuevo por las minas y el barranco.

Una ruta corta pero con gran valor etnográfico e histórico en la que podemos repasar muchos capítulos de la historia y el modo de vida de distintas épocas.