«Me sacaron del pub a puñetazos y patadas. Me quedé inconsciente, y luego noté que sangraba por un costado», relató ayer al tribunal un joven que sufrió una puñalada por la espalda en un pelea en un pub de Torreblanca. Por estos hechos, ocurridos la madrugada del 26 de enero de 2014, están procesados seis jóvenes que se enfrentan a ocho años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa, con la agravante de abuso de superioridad, según la calificación inicial del fiscal. La vista oral prosigue hoy.

En su declaración, el supuesto autor de la puñalada con un cuchillo de cocina admitió la autoría de agresión, «aunque no tenía intención de matarle», precisó. De los otros cinco acusados, solo uno reconoció haber propinado puñetazos a la víctima al inicio de la pelea, «porque se metió con mi pareja». Otros tres afirmaron que estaban en el local en el momento de la reyerta pero alegaron no haber agredido la víctima. Y el sexto negó incluso estar en el escenario de la pelea.

La víctima aseguró que llegó al local de ocio en compañía de otro grupo de amigos que se había desplazado en autobús desde Almassora a Torreblanca. Declaró que la agresión comenzó cuando saludó a la pareja de uno de los agresores. «En ese momento, se abalanzaron sobre mí y comenzaron a darme puñetazos y patadas», dijo.

El joven indicó que tras la agresión perdió el conocimiento, y no pudo precisar si fue acuchillado dentro o fuera del local, y que fue auxiliado por dos amigos hasta que llegó la ambulancia. La víctima señaló que a consecuencia de la cuchillada sufrió la extirpación del bazo y que, en la actualidad, aún tiene secuelas psicológicas.

La víctima identificó claramente a cinco de los que ayer estaban en el banquillo de los acusados, como autores de la agresión.

El autor de la puñalada declaró que en el momento de iniciarse la pelea estaba en el exterior del pub. «Estaba en mi coche con otro amigo [también procesado] consumiendo [drogas]. Vino un acusado y me dijo que estaban pegando a su hermano. Me fui al maletero del coche y cogí un cuchillo que llevaba para comer cuando trabajaba. Entré en el local y lo pinché [a la víctima]», declaró. Este joven indicó que tras los hechos, mantuvo una reunión en casa de uno de los acusados con el resto de ellos, y que éstos le propusieron achacar la herida de la víctima a un corte con vidrios, «pero yo me negué, lo reconocí a la Guardia Civil y además deposité 5.000 euros para reparar los posibles daños causados por la agresión», puntualizó.

La versión de este procesado sobre el acuchillamiento fue rechazada por el resto de acusados, quienes señalaron que nunca plantearon un plan para «tapar» la cuchillada. Uno de ellos declaró que incluso le propinó un bofetón nada más enterarse de lo que había hecho como reproche. La pelea también fue presenciada por dos agentes de la Guardia Civil de paisano que estaban en el lugar. Estos agentes identificaron claramente a tres de los procesados como participantes en la agresión.

Según el fiscal, cuatro individuos empezaron a agredir «de forma indiscriminada» a A.S.R., otro cliente que estaba esa noche en el local de ocio nocturno. Acto seguido, otros dos hombres se unieron a la pelea y uno de ellos sacó presuntamente un cuchillo de cocina y se lo clavó en la espalda a la víctima «con la finalidad de acabar con su vida». Los asaltantes continuaron con la paliza fuera de la discoteca y siguieron pegándole hasta hacerle caer al suelo, donde permaneció aturdido, circunstancia que aprovecharon para propinarle patadas y puñetazos en la cara y en el costado.