¿Qué interés tenéis en volver a la Edad Media los de la Associació de Juristes Valencians?. Esta pulla me la lanzó a bocajarro un amigo hace un par de días en una clásica cena de Navidad. Tras la sorpresa inicial, que estuvo a punto de hacer que se me cayera encima la copa de vino, matizó el amigo que no entendía la obsesión que teníamos algunos en recuperar Els Furs de Jaume I. Le tuve que explicar que nadie en su sano juicio reclamaría la aplicación hoy en día de unas leyes que fueron derogadas a principios del siglo XVIII. Lo que pretendemos desde la AJV es que no se olvide que nuestra Comunitat, cuando fue concebida como reino por Jaume I, éste la dotó de una herramienta muy poderosa para hacer posible el autogobierno: Els Furs.

Desde un punto de vista moderno se trataba de un Código Civil completo, el más completo y moderno de los de su época, en el que se regulaba el matrimonio de los valencianos, el modo de heredar o como habían de celebrar sus contratos... Sin embargo, su aspecto más desconocido para la mayoría de los valencianos, es que sirvió como sostén legal para la creación de un nuevo reino, el de Valencia, ya que fue una herramienta concebida para frenar el poder de los señores feudales aragoneses y catalanes. Els Furs fueron la clave de bóveda necesaria para que surgiera el sentimiento valenciano como pueblo diferenciado de Cataluña y Aragón como muy bien explica mi compañero de Departamento Vicent Baydal en su libro "Els valencians, des de quan són valencians?" (libro imprescindible para entender la cuestión valenciana para los no juristas).

Una vez comprobada la importancia que tuvo en su momento esta obra, es evidente que el transcurso de los siglos ha hecho que hoy en día se trate de una obra tan inaplicable como el "Digesto" del emperador romano Justiniano (otra especie de código civil), en la que esta misma obra se inspira.

Así pues, si tantas veces nos aferramos a Els Furs como si de un clavo ardiente se tratara, no es para reeditarlos sino para que su espíritu no se desvanezca. En el año 1707 el primero de los Borbones decidió que los valencianos, por haber apoyado a su enemigo el archiduque Carlos de Austria en la Guerra de Sucesión española, ya no éramos merecedores de tener un derecho civil propio y, por lo tanto, como vencidos que fuimos en la guerra, nos impuso por "derecho de conquista" el Derecho civil de Castilla. Sin embargo, a los otros reinos de la Corona de Aragón les perdonó y les mantuvo su derecho civil. Así pues, en el siglo XVII se inicia una injusticia histórica con los valencianos que todavía no ha sido reparada. A finales del siglo XIX se dictó el mal llamado Código civil español, y me afirmo en ello porque nunca fue aplicado en su totalidad en España. Es más, en plena dictadura de Franco, se tuvo que completar con las Compilaciones civiles -una especie de Códigos civiles regionales- para todos los antiguos reinos de la Corona de Aragón, Navarra y de manera totalmente inaudita para Galicia que nunca había tenido derecho civil. En pleno franquismo nadie se atrevió a reclamar una merecida Compilación valenciana puesto Els Furs fue la obra más importante (junto con las Partidas) durante sus casi quinientos años de aplicación.

Tras la llegada de la democracia, en la Constitución al distribuirse las competencias en materia de Derecho civil se utilizó como criterio que sólo aquellas comunidades que antes de la democracia hubieran contado con derecho civil compilado estaría legitimadas para dictar normas civiles. Como no tuvimos compilación franquista, desde el Tribunal Constitucional, han entendido que las competencias para legislar en materia de Derecho civil de las que nos dotamos en nuestro Estatut de Autonomía no son suficientes. De modo que de un plumazo el TC ha anulado todas las leyes civiles que democráticamente dictó la Generalitat Valenciana haciendo uso de su competencia.

Así pues, la constante referencia que desde la AJV hacemos a Els Furs no es para reeditarlos, sino que simplemente utilizamos el argumento historicista para que no se pierda la memoria de que fuimos la primera potencia jurídica de España durante varios siglos y que ahora nos tienen que devolver aquella competencia que Jaume I nos dio y Felipe VI nos quitó. El Derecho civil valenciano es la tercera pata del taburete de la "Cuestión Valenciana" junto con la infrafinanciación y el Corredor Mediterráneo. Aprovecho estas líneas, para reivindicar una cuarta pata como es la cuestión de la naranja. Así pues las constantes referencias a Els Furs no son producto de una melancolía histórica sino de un refuerzo para una reivindicación del siglo XX como es el fortalecimiento del autogobierno valenciano y la recuperación de nuestra dignidad como pueblo.