Vacío. Así está el nicho de Aitor Iureta Oteiza ubicado en el cementerio de la Vall d'Uixó y con lo que se confirma la existencia de una trama en la que, presumiblemente, estaría detrás el popular Óscar Clavell al ordenar este enterramiento ficticio durante su época de alcalde. Como ha explicado la concejala de Urbanismo, Francesca Bartolomé, el expediente averiguatorio iniciado por el actual equipo de gobierno concluyó que el exalcalde y actual diputado nacional "dio la orden de hacer este falso enterramiento para sacar un supuesto beneficio electoral".

La apertura del nicho número 46 se ha realizado esta mañana tras la solicitud por parte del Ayuntamiento de la Vall d'Uixó, en el año 2016, para que un juez autorizara la apertura de varios nichos del cementerio municipal al existir serias sospechas que apuntarían a que se cerraron, a pesar de estar vacíos, con el único objetivo de beneficiar a terceros. Esas sospechas se han cumplido esta mañana con la apertura de la lápida situada en la zona más alta de una sección de nichos. La lápida, una de las más sencillas del camposanto municipal, se podía leer la fecha en la que habría fallecido Aitor Iureta, el 11 de agosto de 2014 a los 82 años.

En la comisión de investigación que se inició en su día, se quería comprobar los cuadrantes de las jornadas laborales de los empleados del cementerio, a fin de poder saber quién trabajó los días en que se produjeron los hechos. Los trabajadores del camposanto y técnicos del ayuntamiento aseguraron que actuaron por orden de Clavell y las sospechas apuntaban a que se había actuado con el objetivo de dar un puesto predilecto a una matriarca gitana. El exalcalde de la Vall d'Uixó tuvo que acudir al juzgado para declarar por estos hechos.

En el caso de que el nicho estuviera vacío, como así ha sido, se podrían haber cometido tres delitos distintos. Por una parte prevaricación, porque la adjudicación de los nichos está regulada por la ordenanza municipal. Otro delito sería el de malversación de fondos públicos, porque los nichos se venden por unos 1.000 euros cada uno y permitir que algunos queden vacíos supondría dejar de ingresar el dinero que cuestan. y por último, se habría incurrido en un delito de falsedad en documento público ya que, como indicó en su día el concejal Antoni Llorente, el nombre de Aitor Iureta "no aparece ni ha aparecido nunca en los censos del instituto nacional de estadística (INE)",